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Margaret Thatcher. El euroescepticismo de una Dama de Hierro

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"Candidata impresionantemente joven. Elocuente. Guapa. Perceptiva, conoce su tema. Observa y alenta." Todavía podemos leer esto en las actas del partido Conservador. Estamos hablando de la joven Margaret Thatcher, quien obstinadamente subió  la escalera de su carrera y hubiera preferido dejar la integración europea en el olvido.

Thatcher sabía exactamente lo que quería y lo desarrolló, de una manera muy estratégica, independientemente de la opinión pública. Por ejemplo,eliminó la distribución de leche gratuita en las escuelas primarias, ese día se le concedió el título de Milk Snatcher "ladrona de leche". Sin embargo, también sabía utilizar hábilmente su feminidad y alguna vez, dejó que fluyeran las lágrimas en la mesa de negociaciones.

En 1979, ella fue la primera mujer en llegar a ser jefa de un partido europeo, al mismo tiempo que la primera mujer en ser Primera Ministra de Gran Bretaña. "Yo no haré una política de consensos, yo hago una política de convicciones", declaró Thatcher al momento de llegar al poder. La Primera Ministra "Maggie", fue rebautizada como la "Dama de hierro" por Radio Moscú. El nombre le vino como un guante, puesto que ella salió victoriosa en la batalla contra los sindicatos. De ahí en adelante, las privatizaciones y la libre economía de mercado fueron parte de la vida política cotidiana. A pesar de la fuerte caída de su cuota de popularidad, Thatcher ganó otras dos elecciones más en 1983 y 1987.

Thatcher no entra en guerra únicamente con las Islas Malvinas. En Bruselas también, sus colegas sufrieron sus exigencias sin concesiones. "Quiero mi dinero de vuelta" hizo saber Maggie comprometiéndose totalmente en contra de extender las competencias del Banco Central. En 1988, en Brujas, Bélgica, ella criticó fuertemente "el super Estado europeo y la dominación que emanaba de Bruselas". Sus palabras sacudieron Europa, puesto que, al contrario que Maggie, el continente europeo alimentaba grandes proyectos para la Unión Europea. La Dama de hierro se obstinó y no quiso más que una colaboración puramente económica.

Su actitud no afectaba solamente al continente, incluso a su propio partido. En noviembre de 1990, después de haber perdido algunos cuantos votos, con el apoyo de la mayoría, ella anunció su dimisión del cargo de Primera Ministra. "Lo que digan mis ministros no me importa si ellos hacen lo que les diga". La intrasigencia de la Dama de hierro entró en punto muerto. "Sobre Margaret Thatcher, los adversarios de la unidad política de Europa se han hecho cargo" escribía en noviembre de 1990 el semanario alemán Der Spiegel.

Aun cuando, en 1992, renunció a un escaño en el Parlamento, no perdió su influencia en el difícil curso europeo. Poco antes de la cumbre de Maastricht, le dijo a su sucesor: "En mi época, era necesario el uso del bolso de vez en cuando. Ahora, será el bate de cricket. Es algo bueno, porque va a ser seco." No es difícil imaginar a la dama británica preparada para patear. "Una bola de energía encaramada en tacones altos, armada sólo con un bolso y un collar, un amigo de Dios y enemigo del mundo", escribió Die Zeiten 1990 acerca de la Thatcher que tenía, en contra de su voluntad, evacuar el campo de batalla político de gran Breton. Así podemos guardarla en la memoria. Ella murió el ...

Foto:cortesía  (cc)Margaret Thatcher Foundation/Wikimedia

Translated from Zum Tod von Margaret Thatcher: Europaskepsis einer Eisernen Lady