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Lykke Li: acaramelado electropop contra las crisis de pareja

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Default profile picture Aspe-Montoya isabel

BrunchCultura

Lykke quiere decir ‘afortunada’ en noruego. Así debe de sentirse esta sueca de 22 años que tiene el mismo nombre. Con su primer álbum recorre toda Europa y es aclamada la artista revelación del año. Pero los primeros puestos en las listas de éxito no se deben a la suerte...

Hasta el último momento no estaba claro si Lykke Li Timotej Zachrisson tendría tiempo para tomar un café. Desde hace año y medio vive de forma acelerada, cambiando casi cada semana de continente, idioma y país. De vez en cuando, al despertarse, no tiene ni idea de dónde se encuentra. “Vivo en todas partes y en ningún sitio. El desayuno es la única rutina diaria”, dice Lykke Li algo cansanda tras recostarse en la silla dejando caer su gorro de lana sobre la cara. Desde que, tras una ruptura sentimental, escribió las letras para su premier álbum Youth Novels, su vida no ha vuelto a ser la misma. De repente es requerida en todas partes, todos quieren colaborar y firmar un contrato con ella. Pero Lykke Li tiene sus propias ideas que esconden, desde su infancia, una gran ambición. “En la escuela sacaba siempre las mejores notas, a pesar de que la clase me parecía a menudo aburrida. Odio perder y por eso me he esforzado siempre mucho”. Explica.

Lykke prefiere producir todo ella misma. ¿Formación musical? Sí, una vez durante un par de semanas, pero no consiguió pasar del do-re-mi. Como muestra, entona brevemente la escala musical, lo que entusiasma a Henri, dueño de la cervecería, quien se apresura a bajar la música. Por desgracia no hay ninguna propina musical más, pero Lykke explica convencida: “aprendí más sobre música cuando vi el documental sobre Joe Strummer (cantante y guitarrista de The Clash), que durante todo el tiempo que estuve en el colegio”.

Jipis suecos en Portugal

Quizá se inspiró un poco en sus jipis padres, a quienes les gusta cantar y bailar. Su padre, Johan Zachrisson, compone música para películas y toca en un grupo musical sueco internacional. Su madre, Karsti Stiege, es fotógrafa. Cuando Lykke Li tenía seis años decidieron hacer sus maletas y cambiar la costa sueca del Báltico por las montañas portuguesas. Las fotos de entonces muestran una idílica infancia: Lykke corre desnuda con su hermana de diez años y su hermano pequeño de tres entre soleados viñedos. Otras fotografías muestran largos viajes de la familia a Marruecos, Nepal e India. “He nacido con un espíritu muy inquieto”, afirma Lykke de sí misma y explica, como si fuera completamente lógico, los idiomas que entiende: sueco, portugués, inglés, español y por supuesto noruego y danés. Sin embargo para cantar prefiere el inglés, para que todo el mundo pueda identificarse con sus letras. Por encima de todo, es su voz, entre fría y sensual, lo que más conmueve. En Little Bit, el primer sencillo del álbum, se mezcla con LoFi Elektrobeats para crear una ingrávida y musical declaración amorosa. El segundo sencillo I’m Good, I’m Gone es más pop y mezcla un clavecín, pateado de pies y un megáfono. Durante la grabación en Nueva York se introdujeron otros instrumentos exóticos, como el thermin que utilizaba Tom Waits o un pito de caña, que suena como si se soplara a un peine. “los instrumentos estaban por el estudio y decidimos probarlos para ver qué salía de aquello” explica la bajita sueca, quien en sus actuaciones destaca aún más si cabe por eso tacones muy altos.

Una pequeña mujer frente a las grandes discográficas

El acaramelado electropop de Lykke Li no es fruto de la casualidad. Durante mucho tiempo estuvo ensayando, cambiando de banda y, cada seis meses, de trabajo. “Dependienta de una tienda de ropa, recepcionista, camarera… he probado de todo”. Fue también, durante un breve período, bailarina en la televisión sueca, pero el papel de comparsa no era para la infatigable Lykke Li. Buscó contactos en el mundo musical sueco y encontró a Björn Yttling(miembro de la banda de pop indie sueca Peter Björn and John) y el manager Filip Wilén. Dos personas que pulieron su carrera sin podar su creatividad. “¿Perder el control sobre mi trabajo? ¡De ninguna manera!” Los ojos de Lykke se encienden, cuando habla de la marca creada por ella misma, LL Records: “Quiero conservar los derechos sobre mi música, ¡cualquier otra cosa sería una violación!” No obstante, cuando debía decidirse qué canciones de su primer album saldrían como sencillos firmó un contrato con Warner Music, quien ahora gestiona el negocio internacional. “Sin una gran discográfica, sería impensable una gira mundial. Pero los derechos los recupero al cabo de un tiempo”.

Al lado de Lykke está el periódico gratuito Metro, que tiene su origen en Suecia. “¿Sabes? Es mi periódico preferido, porque es gratis,” dice. La edición de París dedica a su concierto media página. En Suecia sería obviamente una entera, puesto que allí el álbum Youth Novels llegó al número 3 en febrero.

Lykke Li no se preocupa del lugar que ocupa en la lista de éxitos. ¿Ser una estrella? ¡no gracias! “No me gustaría tener siempre la presión de ser un personaje público y arruinar mi vida privada”. Sin embargo, es lo que le sucede a Lykke Li desde hace un año. En ocasiones se siente extraña y confusa ante la pregunta de si seguirá haciendo música dentro de cinco años. “En cualquier caso, algo artístico”, confiesa y añade: “deseo tener una vida equilibrada, encontrar mi hogar en algún sitio. Quiero sentirme segura y a pesar de ello conservar la creatividad, haciendo algo nuevo cada día”. Dónde será eso no puede decirlo todavía. Le gustaría a toda costa vivir en París y Berlín, pero tampoco descarta Sudamérica. Por el momento, disfruta cada día, entre conciertos y giras. Sale a pasear, se sienta en un banco de un parque y busca la felicidad… como El Guardián entre el centeno, Paulo Coelho, o On the Road.

Lykke Li de gira por Europa: 5 de octubre, Birmingham. 6 octubre Bristol. 8 de octubre en Liverpool. 9 de octubre en Edimburgo. 10 de octubre en York. 24 de noviembre en Dublín. 25 de noviembre en Glasgow. 27 de noviembre en Manchester. 28 noviembre en Londres. 6 de diciembre en Ámsterdam. 10 de diciembre en Oslo. 11 de diciembre en Copenague. 12 de diciembre en Estocolmo.

Translated from Lykke Li: Zuckersüßer Elektropop gegen Beziehungskrise