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Los osos no entienden de fronteras (ni de política)

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Barcelona

La agresión d’Hvala, uno de los ejemplares de oso del programa de reintroducción del plantígrado en el Pirineo francés de la Unión Europea, a un cazador en el término municipal de Les, Valle de Aran, ha reabierto el debate sobre la viabilidad de la convivencia entre osos y seres humanos en una zona de alta montaña que en los últimos años ha vivido un rapidísimo desarrollo económico y urbano

alrededor de la construcción y el turismo invernal.

Las reacciones del mundo político aranés –el Valle de Aran es un territorio autónomo de Cataluña de cultura occitana- no se han hecho esperar. El presidente del Conselh Generau de la Val d'Aran, Francés Boya, reclama que se "retiren los osos de la comarca” y afirma que la “reintroducción del oso ha sido un fracaso”. Opinión que no comparte el Consejero de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña, Francesc Baltasar, que argumenta que por un encuentro fortuito "no se puede parar el programa de reintroducción".

Sea como sea, Hvala se ha convertido en objetivo número 1 de los guardas forestales del enclave pirenaico que ya han empezado su búsqueda con la ayuda del emisor que lleva encima la osa morena. Una captura que no comparten movimientos conservacionistas como Ecologistas en Acción que tildan la medida del Consell d’Aran de “desproporcionada y fuera de lugar” y proponen una “mayor regulación de la caza” para evitar los encuentros entre el hombre y los osos.

Todo esto, hace pensar bastante en el debate que se inició hace unos años en los departamentos fronterizos franceses cuando empezó el programa de reintroducción pactado por la UE, Francia y España. Un debate que estalla ahora en España porque buena parte de los osos prefieren vivir en tierras aranesas y no en los bosques del Midi-Pyrennées. Y es que los osos no entienden de fronteras ni de política.

Traducción: Núria Hernández Fotografía: Nakisi (Flickr.com)