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La Unión europea, portadora de paz en Chipre

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Las simples perspectivas de adhesión y candidatura a la Unión Europea hacen nacer esperanzas de reconciliación. Es en este sentido como se puede entender la reapertura de las negociaciones sobre la cuestión chipriota.

La Unión europea, verdadero vector de paz en este enfrentamiento que envenena las relaciones greco-turcas, trajo lo que faltaba para que los dos gobiernos vuelvan a tener relaciones positivas. Cuando el paisaje turco estaba cambiando radicalmente, Bruselas hizo saber que un arreglo al problema era necesario antes de la adhesión de Chipre. La Unión europea quiere acoger a un Chipre pacificado. La llegada de una nueva mayoría y del primer ministro Abdullah Gül, que hace de la adhesión a la Unión Europea (UE) su prioridad y que espera obtener una fecha de apertura de las negociaciones en el Consejo Europeo de Copenhague, parece favorable. Además, su predecesor, Bulent Ecevit, que había ordenado en 1974 el desembarco de tropas para ocupar el norte de la isla, no estaba preparado para ceder tan fácilmente. Bajo la presión de la Unión Europea, que pensó que el contexto político era propicio, Kofi Annan, el Secretario General de la ONU, ha presentado el proyecto de confederación el 11 de noviembre del 2002. Basada en el modelo suizo, esta estructura incorporaría dos cantones (greco al sur, turco al norte). La parte turca incluiría el 37% del territorio de la isla, sobre el cual reside un cuarto de la población chipriota. Turquía debería ceder del 7 al 9 % del espacio que actualmente ocupa. El texto preconiza además la desmilitarización de la isla.

Señales positivas

Hasta ahora, ninguna de las dos partes rechazó el proyecto. El gobierno griego lo aceptó, el 27 de noviembre del 2002, como base de negociación. La tensión entre los dos Estados había disminuido bastante cuando Grecia prometió ayudar a Turquía a determinar una fecha para la apertura de las negociaciones de su adhesión a la Unión Europea, si el Consejo europeo de Copenhague no lo lograba. En lo que se refiere a Turquía, se puede considerar la visita a Atenas el 20 de noviembre del 2002, de Recep Tayyip Erdogan, líder del AKP, el partido de la justicia y del desarrollo, como una invitación a la negociación. Cuatro días antes, Turquía se mostraba favorable al proyecto del Secretario General de las Naciones Unidas. Aunque se oponga en dar una repuesta clara al proyecto de Kofi Annan ante el Consejo Europeo de Copenhague, porque Rauf Denktash, líder chipriota turco, está actualmente en convalecencia en los Estados Unidos después de haber sufrido una intervención quirúrgica, la apertura de negociaciones bilaterales sobre el futuro de Chipre sigue siendo impensable. Es cierto que se puede ver en el gobierno de Abdullah Gül el factor determinante de la reanudación del diálogo. En efecto, es este nuevo equipo el que parece a favor de la negociación. Sin embargo, se puede también considerar que este gobierno está dispuesto a arreglar la cuestión chipriota, justamente con el objetivo de obtener una fecha de apertura de las negociaciones, que resultan tan importantes. La Unión Europea, a través del ideal de paz que desarrolla, sería entonces la primera causa de la reanudación del diálogo.

Rearme griego.

Las posiciones oficiales turcas y griegas parecen hoy ideales para poner fin a treinta años de división y juntar a las dos comunidades en un proyecto político común. Pero Grecia volvió a rearmarse desde marzo del 2002, lo que podría comprometer el proyecto de la ONU. El gobierno griego, deseoso de asegurar la seguridad de las islas del Mar Egeo, ha aumentado sus créditos militares del 2,1 de euros, adquiriendo helicópteros y blindados de combate. Atenas ya había anunciado la compra de carros de combate y aviones, así como la selección del Drone, un programa de máquinas automáticas de reconocimiento, en abril del 2002. Ankara está atenta

Translated from L’Union européenne, porteuse de paix à Chypre