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La revolución son las 3D... ¿Otra vez?

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Cultura

De la carísima oleada estadounidense de las 3D a lo grande a la animación participativa ofrecida por el viejo continente. Un vistazo a las novedades que se abren paso en el cine digital contemporáneo con el estreno de Monstruos contra Alienígenas

Cameron, Katzenbenber o Spielberg son algunos de los 'dioses' del panteón hollywoodiense que preconizaron la llegada de las 3D como una revolución equiparable a la del paso del cine mudo al sonoro. Aunque el concepto de cine tridimensional nos recuerda a todos las gafitas de plástico bicolores, heraldos de un cambio (se decía) que iba marcar un hito hace algunos lustros y que luego acabó decepcionado, esta vez, según los expertos, podría ser la buena.

Por el porno en 3D…

(Foto: Futur Film Festival)

Las 3D les encantan a los jefazos que invierten montañas de dólares. La película Avatar de Cameron, que va a salir en diciembre de 2009, costará 200 millones de dólares. Otros revientataquillas anunciados son Monstruos contra alienígenas, Shreck 4, Madagascar 3, Ice Age 3, Final Fantasy 4, Tron 2, Piratas del Caribe 4 o Alicia en el País de las Maravillas (de Burton).

Para las productoras, las 3D constituyen la frontera tecnológica más avanzada para luchar contra la piratería que hoy no consigue copiar este tipo de películas. Además, esto les permite bajar los costes de distribución, de retirada o de almacenamiento.

Tal avance promete también la modernización de las salas que pasarían a convertirse en centros multimedia para la proyección en 3D de acontecimientos deportivos y conciertos. Y sin tardar mucho, tendremos home theatre tridimiensionales, con la posibilidad de llegar hasta el sistema de proyecciones holográficas. Si consideramos que la industria del porno ya se está movilizando para aprovechar las innovaciones, y que la óptica ya tiene a la venta gafas de sol con lentes adaptadas al cine tridimensional, hasta estar sentado en el salón de casa con gafas oscuras podrá en el futuro tomar tintes viciosos…

Pobres pero con imaginación

Según el futurólogo Bruce Sterling (considerado uno de los padres del cyberpunk), piratear una película podría costar la vida en este mundo digital con altas índices de inversión. Sterling también sostiene la existencia de un escenario alternativo: un cine de alta tecnología pero más anárquico gracias a las posibilidades de Internet, el efecto Youtube aplicado al séptimo arte, donde todos, con poco dinero, son improvisados directores. El cine 2.0, participativo, desarrollado con softwares de acceso libre, con guiones colectivos y partes de la fase de producción confiadas a la respuesta de una comunidad de apasionados dotados de los justos conocimientos.

Esta es la vía emprendida por la Blender Foundation, proyecto del holandés Ton Roosendaal que ha creado un software de código abierto para la modelización tridimensional: ya tiene dos cortometrajes en acción, Elephants Dream y el reciente Big Buck Bunny, ganador de dos premios en el festival de animación holandés 2008. La historia del software Blender es un tanto particular: nacido como un producto comercial, la sociedad que lo había desarrollado quiebra, con lo que resucita como programa utilizable y modificable por todos sin ningún coste.

Según Enrico Valenza, director artístico de Big Buck Bunny, las posibilidades de modelización son muy parecidas a las ofrecidas por Autodesk Maya, el programa usado por los jefazos del cine como El señor de los anillos o Spiderman. Con la diferencia que en los proyectos de la Blender Foundation, no hay montañas de dólares sino una comunidad de usuarios que trabaja como una verdadera productora. Un poco el cine de alta tecnología a la europea de quien es pobre pero creativo.

Translated from La rivoluzione è il 3D. Ancora?