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La eurogeneración de Este a Oeste.

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La Parisienne de cafébabel

Joanna Nowicki es profesora asociada de universidad y trabaja en el terreno de la multiculturalidad, impartiendo clases en distintas universidades de ciudades europeas como Cluj o Cracovia.
Además, Joanna participa en el seminario de gestión internacional « Copérnico », con sede en París, un seminario que reagrupa a cincuenta jóvenes llegados de Europa del Este, del Oeste y de Europa Central.

¿Cree Vd. que existe de verdad una « eurogeneración » ?

Sí, al menos desde mi perspectiva y respecto de los estudiantes que participan en intercambios universitarios, como el programa Erasmus u otros. Creo que experiencias como esas han contribuído a un cambio de mentalidad sobre Europa, y es que la educación es un reflejo de las particularidades de cada país. En realidad, Europa se construye más así que a través de textos y tratados.

Ahora bien, me gustaría precisar que esos intercambios no afectan a toda una generación en su conjunto. En este sentido, no me gusta usar el término de « eurogeneración », porque creo que el tema de Europa no ha llegado todavía a la enseñanza secundaria, puesto que los intercambios se refieren casi exclusivamente a los estudiantes universitarios y en menor medida a los de instituto. Además, los estudios universitarios tampoco afectan a todo el mundo, ya que las personas que se benefician de esos intercambios, e incluyo aquí a quienes acogen a estudiantes extranjeros, siguen siendo una pequeña minoría.

En cualquier caso, yo no sería partidaria de utilizar la noción de élite, puesto que sería injusto. Los intercambios se « democratizan » y ya no afectan solo a las « Escuelas Superiores » francesas o sus filiales de prestigio, sino a un número importante de delegaciones de esas Escuelas. Además, la ambición de Europa es precisamente hacer que una mayoría de ciudadanos accedan a esos intercambios.

¿Se puede rechazar ese carácter elitista toda vez que los intercambios universitarios llevan aparejada una visión de la Europa vivida en primera persona, más allá de la Europa de los ideales políticos ?

Efectivamente, así es.

Vd. da clases en universidades de Europa Central y Oriental. ¿Ha observado alguna evolución en la percepción que los estudiantes tienen de la Unión Europea ?

Yo trabajo en Polonia y en Rumanía y doy clases en el marco del programa « Copérnico », lo que me permite comprobar que efectivamente existe todo un abanico de ideas sobre Europa. Así, nos encontramos en primer lugar con lo que podemos denominar el núcleo duro de los países de la Europa Central, un grupo de países europeístas y muy occidentalizados desde hace muchos años. Ahí sí que casi no hay diferencias entre los jóvenes de Europa Central y Europa Occidental. Me atrevería incluso a decir que los primeros están más a la última, por decirlo de alguna manera, son más modernos y dinámicos, y también más optimistas porque tienen más oportunidades. Tienen acceso a becas, a oposiciones, ... En realidad, son ganadores y es que una juventud culta que se maneje bien en diferentes idiomas lo tiene más fácil para triunfar en todos los ámbitos de la vida.

Los jóvenes de Europa del Oeste son, sin embargo, más pesimistas, y tienen que convivir con problemas de reformas políticas en sus respectivos países, situaciones de paro juvenil, dificultades de inserción laboral, ... Donde los jóvenes de Europa Central ven oportunidades, los del Oeste ven problemas.

Más al Este, en Rumanía, Bulgaria, Ucrania o Bielorusia, el tema es mucho más complicado, partiendo del hecho de que tienen dificultades para establecer un Estado democrático. Los jóvenes son conscientes de que hay que trabajar duro y en este sentido están muy despiertos en el terreno político. Se cuestionan si quieren vivir en sus países o si prefieren marcharse al extranjero para beneficiarse de las experiencias que éste les brinda y quizás regresar algún día. En realidad, las diferencias entre los universitarios europeos son enormes según sean de Europa del Este por un lado o de Europa Central y Occidental por otro.

Según su opinión, ¿qué actitud podría adoptar un jóven de la eurogeneración si llegase a ocupar un puesto relevante en el gobierno de alguno de los Estados miembro ?

Esa es una pregunta que quizás no se deba plantear así. Hay que tener en cuenta las diferencias de vivencia política entre los Estados Occidentales y los de Europa Central y del Este.

Czeslaw Milosz  considera que hay una Europa formada por países que han vivido dos totalitarismos, y su relación con la democracia no es igual por ejemplo que en Francia, donde han olvidado los grandes obstáculos que su democracia ha tenido que afrontar. Me atrevería a equiparar en ese sentido a los países de Europa Central y Oriental con España, por ejemplo.

Las diferencias se ven claramente en temas como las relaciones entre China y el Tibet, y es que ése ha sido un tema muy debatido en Europa Central, sobre todo vinculado al problema de las minorías.

Un joven recien salido de la eurogeneración ¿podría aportar una visión diferente al tema del Estado-Nación ?

Creo que en realidad, la educación en torno a la idea de un Estado-Nación está un poco trasnochada. Ello no significa que no exista esa idea, sino que hay otros sistemas de referencia. Tras la caída del muro de Berlín, la gente se ha reagrupado alrededor de ideales culturales. Por eso me parece natural asisitir a una cooperación trasfronteriza, independientemente de los Estados. En modo alguno se trata de destruir el Estado nacional y es que, en realidad, no todo el mundo está preparado para ello. Pero tampoco todo el mundo tiene la suerte de hablar diferentes lenguas y viajar. Por eso, no hay que forzar la mentalidad de la gente. Hay que tener en cuenta que ese Estado-Nación es el fruto de la propia visión del mundo que se ha tenido, por lo que hay que reinventar algo nuevo, y Europa me parece que es una solución perfecta.

Ahora bien, mis temores están en que la burocracia acabe rompiendo el nexo que necesita la Humanidad y es que precisamente la idea de Estado-Nación es uno de esos nexos. Pienso sinceramente que esa idea puede funcionar bien en Europa, aunque no sería sólamente un vínculo de ciudadanía, un nexo púramente político, sino que estaríamos ante el sentimiento de pertenencia a un patrimonio cultural, una gastronomía por ejemplo, un paisaje, ...

NB: Czeslaw Milosz es el autor de un libro que en francés se tradujo por « la otra Europa » y respecto del que Joanna Nowicki propone una traducción diferente : « la Europa familiar ». Czeslaw Milosz es asimismo Premio Nobel de Literatura.

Entrevista realizada por Haude-Marie Thomas.

Traducción al castellano: Alberto De Francisco.