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Jean Christophe Bas: “La generación Erasmus ignora su suerte”

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SociedadPolítica

El nueve de noviembre de 1989, llegó la esperada paz. Los jóvenes europeos que nacieron después de esa fecha no conocerán la guerra. Pero entonces, ¿qué sentido darán a la construcción europea? En su libro Europe à la carte, Jean Christophe Bas se dirige a esos niños mimados de la eurogeneración de cara a una Europa menos egocéntrica

“No estoy muy lejos de París: ¡podemos vernos mañana!” Llamándome desde Bosnia, Jean Christophe Bas, en plena cincuentena, demuestra una vez más que es un ciudadano del mundo. Y es que su trabajo –antes, en el Banco Mundial y, ahora, en la ONU, donde dirige las colaboraciones de la Alianza de las civilizaciones- le empuja a explorar los cuatro rincones del globo. Ahora publica su obra sobre Europa, que saldrá el próximo 5 de noviembre en ediciones Cherche Midi: una compilación de mapas del viejo continente y testimonios de grandes personalidades. Con un abuelo que trabajó en la primera iniciativa de intercambio de diputados franco-alemanes de después de la Guerra en 1950, para él Europa es una pasión de familia.

¿Por qué ha decidido escribir Europe à la carte?

Este libro está dedicado a mis hijos de 15 y 16 años, y a la generación Erasmus: aquella que nació después de la caída del Muro de Berlín. Esta generación tiene una idea muy limitada de lo que fue el acto fundador de Europa después de la Guerra: la paz y la reconciliación. Hay que encontrar un nuevo proyecto capaz de entusiasmar entorno a Europa. No podemos movilizar esta generación con la idea de la paz, pues la consideran como adquirida, toda una evidencia.

Su libro reúne 67 mapas de Europa, ¿por qué?

En primavera de 1989, empecé una colección de mapas y caricaturas de Europa. El libro se abre con mi primera adquisición: un mapa de agosto de 1914 (ver imagen), unas tres semanas antes del inicio de la Gran Guerra. Cuando empecé, hace 10 años, a trabajar en el Banco Mundial, cubrí el muro de mi despacho con mapas que atraían regularmente la atención de mis visitas. Saqué la conclusión de que las personas podían también sentir pasión por Europa. De hecho, en el libro, los mapas están asociados a 68 personalidades de todos los horizontes. Cuando un proyecto pierde su llama, hay que volver a lo esencial. Por eso mismo Ban Ki Moon, Daniel Barenboin, Amin Maalouf o, incluso, Inés Sastre responden a la pregunta: ‘¿Cuál es su visión de Europa?’

Europe à la carte sale el próximo 5 de noviembre en Francia, ¿por qué ahora?

(Jean Christophe Bas/ Éditions du Cherche-Midi)Primero por que se trata del 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín, que ha provocado una refundación del pacto europeo. El de los años 50 estaba asociado a la Guerra Fría pero, con el muro, cayó. Europa tiene que encontrar un nuevo proyecto que la impulse.

¿Cree que lo conseguirá?

Con el rechazo de la Constitución (mediante referéndum en Francia y los Países Bajos), me quedé atónito. Un día los historiadores mirarán ese momento como un instante de absoluta ceguedad.

Está de moda acusar a Europa de todos los males. Y sin embargo es esa misma Europa anquilosada la que ha triunfado con el euro, es esa Europa ‘colador’ la que ha puesto en marcha el espacio Schengen (de libre circulación de personas) y es esa misma Europa impotente la que hoy en día se ha convertido en el primer donante de los países en desarrollo y la más exigente en materia de cambio climático… Se da una paradoja si creemos en el desinterés por la causa europea. Creo que lo que existe es una incapacidad de comunicar acerca de este proyecto.

Sin embargo, los irlandeses acaban de (re)votar masivamente a favor del Tratado de Lisboa que reemplaza a la difunta constitución…

Espero que una nueva dinámica institucional sea relanzada ¡pero no es suficiente! Desde hace 15 o 20 años, nos hemos perdido en discusiones sobre las tuberías olvidando que había una casa por construir… De hecho, creo que nadie, en este libro, ha mencionado el debate institucional.

¿Coincidencia?

No es coincidencia en la medida en que he pedido a 70 autores que dieran una visión personal de Europa. Nadie, exceptuando un burócrata -¡y yo soy uno!- se ha mostrado entusiasmado por una construcción institucional.

Si la generación de los padres fundadores construyó Europa por la paz, ¿cuál cree usted que es el papel de la generación Erasmus?

Personalmente, me llama la atención ver que Europa ha olvidado su vocación universal. Sin embargo, el genio europeo radica en representar un modelo de sociedad para el resto del mundo, dónde, como decía Jacques Delors, “la competitividad estimula, la cooperación refuerza y la solidaridad une”. Pues bien, el proyecto de la generación Erasmus debe librarse de la idea de una Europa egocéntrica. Todas las regiones del mundo con las que he podido hablar, miran a Europa con admiración y envidia. De hecho, en esta obra, 30 textos están escritos por no europeos. Este es el caso de Ban Ki Moon, el Secretario General de Naciones Unidas, que llama a Asia a desarrollar su integración regional a imagen y semejanza de la Unión Europea.

Este libro recuerda a los miembros de la generación Erasmus que son niños mimados que ignoran la suerte de vivir en uno de los únicos espacios del mundo en prosperidad, de paz, de estabilidad y de solidaridad.

Descubre una selección de textos de'Europe à la carte' en el babelblog del libro.

Translated from Jean-Christophe Bas : « La génération Erasmus ignore sa chance »