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Gadafi y Europa: Estuvo bien mientras duró ¿no?

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Dani Vallès

Política

A los estados miembros de la UE les cuesta ser duros con su antiguo aliado y dictador más longevo de África y Oriente Medio debido a los beneficios obtenidos del subsuelo y la posición estratégica de su país. Y es que por la mesa del coronel Gadafi pasaron, sin reparos, todos los comensales europeos.

A fin de cuentas, Gadafi era “el rey de los reyes tradicionales de África”. Con sus gafas oscuras y su porte altivo, Gadafi fue transformando su estilo revolucionario, inspirado en el militar y ex presidente de EgiptoNasser, en uno nuevo: la fanfarronería. Y tanto y tan bien lo hizo en Europa que nosotros mismos empezamos a creer que era el hombre clave en Oriente Medio. Esos delirios de grandeza se esparcieron por todas partes: en diciembre de 2007, y sin pensárselo dos veces, plantó su tienda de beduino en los jardines del palacio de Marigny. El mismo año, Gadafi visitó a las autoridades españolas con un séquito de 300 personas, entre ellas su guardia femenina, e instaló su “jaima” en el palacio del Pardo, la que fuera residencia de Francisco Franco.

“El beso de la muerte”

Caricatura de Francesco Elisei En Francia, Rama Yade, Secretaria de Estado de derechos humanos, denunció la visita prevista para el 10 de diciembre, que coincidía con el día internacional de los derechos humanos, afirmando que “Francia no debería recibir este beso de la muerte”. En cambio, el Primer Ministro francés, François Fillon, atizaba a aquellos que pretendían “dar lecciones”, ya que Gadafi se encontraba en un proceso de “reintegración en la comunidad internacional”. Una semana más tarde, su viaje por España le llevaba de visita a Sevilla y después a Málaga e incluía la degustación de los platos del mejor cocinero del mundo, Ferran Adrià. ¿Formaba esto parte también de su “reintegración”? En Roma, en agosto de 2010, su “jaima” presidía los jardines de la embajada de Libia y 500 jovencitas, escogidas entre otras cosas por su físico, fueron a escucharle exponer el por qué los europeos deberían convertirse al Islam. Pero ¿de dónde salía tanta condescendencia hacia alguien a quien Ronald Reagan había tildado de “perro loco de Oriente Medio”?

Oro negro y un tupido velo

Después de la firma del Tratado de Amistad, Sociedad y Cooperación en Bengasi en agosto de 2008,Libia se convirtió en el primer proveedor de hidrocarburos de Italia. Sara Prestianni, coordinadora de la red Migreurop (que agrupa a 42 asociaciones en Europa), recuerda a cafebabel.com que dicho acuerdo consistía en tres partes: la limitación de la inmigración clandestina, la reparación de los daños causados por la colonización italiana de Libia, concretada en una inversión de cinco mil millones de dólares en infraestructuras libias por parte de empresas italianas en los siguientes veinte años y, en tercer lugar, la cooperación económica. Este tercer punto convertía a Gadafi en principal accionista de Unicredit, quien además adquiría el 1% de las acciones de ENU, la mayor empresa italiana de hidrocarburos y quinta del mundo. A cambio, ésta junto con otras empresas italianas, se implantarían en Libia.

Los otros países, sin embargo, no se quedaron atrás. Bélgica le vendía armas, pero Francia le vendía avionesEl ya célebre 10 de diciembre de 2007, un día después de la liberación de las enfermeras búlgaras, el presidente francés declaró que “Francia firmará contratos de colaboración para la construcción de una planta desalinizadora con un reactor nuclear, de cooperación en materia de armamento así como varios acuerdos económicos”. La “reintegración” estaba resultando una ganga para Gadafi. La empresa española Repsol invirtió 38,03 millones de euros entre 2006 y 2009 en Libia. Aunque el segundo día de las protestas populares, y presa probablemente de un remordimiento acumulado desde hacía tiempo, la empresa decidió suspender todas sus actividades en el país siguiendo el ejemplo de otras compañías petroleras europeas. Tampoco Alemania se quedó atrás, por algo Libia posee unas reservas de petróleo estimadas en 40.000 millones de barriles y 1.500 millones de metros cúbicos de gas y, como medio mundo, las empresas alemanas iban detrás de nuevos yacimientos. Después del levantamiento del embargo de la UE sobre Libia, el mismo ex canciller alemán, Gerhard Schröder, había inaugurado un nuevo yacimiento en territorio libio de la empresa Wintershall, filial del gigante BASF.

Los derechos humanos y la ceguera colectiva

A todo esto ¿en qué lugar quedaban los derechos humanos? Sara Prestianni subraya que a partir del momento en que el dirigente libio empezó a controlar sus fronteras contra el tráfico de drogas, la inmigración clandestina y el terrorismo, los flujos de inmigración clandestina hacia la isla italiana de Lampedusa se redujeron drásticamente, lo cual dice mucho sobre la estrecha relación de Gadafi con los que organizaban estos “viajes”. Además, Italia practicaba el “retorno forzoso” de aquellos inmigrantes que intentaban desembarcar en sus costas y los devolvía a Libia. Prestianni puntualiza que “aunque el derecho internacional lo prohíbe, Libia aceptó el retorno de estos inmigrantes al puerto de Trípoli, e Italia cerró los ojos a las detenciones arbitrarias, los retornos forzosos al desierto y los centros de detención que hace años que Migregroup denuncia”. Curiosamente, el tratado de Bengasi “hace referencia al respeto de la Carta de la ONU y de la Declaración de los Derechos Humanos” indica Giuliano Longo, economista italiano de la universidad de Nápoles Federico II.

Las ONG hacía tiempo que denunciaban el pisoteo de los derechos humanos por parte del régimen de Gadafi y lo recordaban en cada visita de “reintegración” del dictador a un país europeo. La ley 71 libia prohíbe cualquier actividad política independiente y amenaza a los disidentes con la pena de muerte. Este fue uno de los ejemplos que la organización Human Rights Watch expuso al gobierno francés el 9 de diciembre de 2007. ¿Se atrevería algún dirigente europeo hoy en día a decir que ignoraba los síntomas de una dictadura que se ha revelado en forma de represión indiscriminada y sangrienta? La comunidad internacional, la misma que nominó a Libia a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en 2003 y la eligió para el Consejo de los Derechos Humanos en mayo de 2010, no era ingenua, si no que le interesaba entrar en el juego del rey beduino. ¿Se acabó lo que se daba? En su último comunicado, Migregroup se pregunta “¿hasta cuándo la política migratoria de la UE va a apoyarse en las dictaduras del sur del mediterráneo? Hace poco menos de una semana las instancias europeas continuaban negociando la participación de Libia en su política de acordonamiento del espacio mediterráneo” añade. Es urgente que la UE “acabe” con la diplomacia de guante blanco con las dictaduras.

Fotos : Portada (cc) : Abode of Chaos/flickr ; Kadhafi et Berlusconi : ©Francesco Elisei ; King of kings : (cc)Crethi Plethi/flickr

Translated from Kadhafi et l’Europe : c’était quand même bien non ?