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Estudiantes Erasmus húngaros sienten la recesión en Escocia

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Story by

Nora Farkas

Translation by:

Maite Mugica Barrutia

Nadie sabía dónde estaba Dundee cuando conseguimos la beca, pero a todo el mundo le pareció que habíamos topado con una oportunidad de oro.

Estaba claro que el año que nos esperaba iba a ser el mejor de nuestras vidas: la naturaleza y la cultura de los escoceses es maravillosa, y Dundee es muy barata (un factor muy importante en el día a día de un estudiante): hasta que nuestro entusiasmo y nuestros bolsillos toparon la crisis

Con el alojamiento resuelto, dejamos nuestros currículos en los establecimientos de la zona y en agencias, y la esperanza de que no tendríamos que pedir dinero a nuestras familias. Algunos consiguieron trabajo de media jornada con un salario mínimo en un hotel de cinco estrellas de St. Andrews. Otros, a turnos en el McDonalds. Aun así nos sentíamos en el paraíso. Trabajamos como quisimos en hoteles elegantes, no pagábamos muchos impuestos y conocimos mucha gente guay en esta vida de 'élite'.

Feliz Año Nuevo 

El drama comenzó en enero de 2009 al volver de las vacaciones de Navidad. Los de las agencias nos dijeron que debido a la crisis todos los hoteles habían cancelado los abundantes eventos durante los tres meses siguientes. Pensamos en empezar otra vez, dejar currículos y mantener los ojos abiertos. Salimos a buscar trabajo pero no lo conseguimos. Los estudiantes no consiguen trabajos como dependientes en tiendas a pesar de que hablen bien en inglés: ya que no somos nativos ni de la zona.

De algún modo somos afortunados, ya que podemos recibir apoyo económico de nuestras familias, pero sentimos la crisis en nuestras carnes: nos lo tenemos que pensar dos veces si queremos viajar a algún sitio, nuestro estilo de vida ha cambiado a peor. La ciudad sigue siendo barata, vivimos la vida del estudiante internacional, pero no podemos ganar dinero. Contamos con estar aquí durante el verano aunque las clases en la universidad terminaron en mayo.

Atractivo para el turista 

Los alrededores de Dundee y St. Andrews tienen su base en la industria del turismo. La crisis hace que haya menos turistas y se organicen menos eventos. Son ciudades pequeñas, la gente vive al mes y su salario y su calidad de vida están bajando.

En Dundee, tres cuartas partes de los estudiantes son estudiantes internacionales, sin títulos que sirvan para encontrar ni un trabajo de media jornada. Estos problemas significarán una reducción del número de estudiantes que se apunten a las becas internacionales. Los programas de intercambio tendrán éxito solo entre los estudiantes más ricos que reciban apoyo económico de sus familias. Es difícil ser optimista en este periodo, pero lo intentamos.

Story by

Translated from Hungarian Erasmus students feel recession in Scotland