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ESPECIAL ELECCIONES EUROPEAS: Europa opta por la derecha en unos comicios marcados por la abstención

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Barcelona

La victoria popular da un respiro al proyecto de Rajoy y el PSOE se posiciona como la fuerza socialista más importante dentro de la eurocámara. La participación supera, a trancas y barrancas, el 45% y deja claro que Europa no nos interesa.

La derecha liberalista y cristiana avanza como una apisonadora en todos los países convirtiendo a Merkel, Sarkozy y Berlusconi en los dueños y señores de la Unión, reforzando aún más su presencia en Estrasburgo.

Con 23 escaños y 6.615.015 votos (42,23%) el Partido Popular, con Jaime Mayor Oreja a la cabeza, se ha proclamado vencedor de los comicios. Es la primera vez que este partido gana unas elecciones en España desde el año 2003. Esta victoria ha servido sin duda para dar un respiro a Mariano Rajoy, que se jugaba la presidencia de su partido. El PP ha arrasado en sus principales feudos a pesar de los escándalos de corrupción en Madrid y la Comunidad Valenciana, donde han celebrado el triunfo aún más si cabe. También el PP empieza a despegar en Cataluña, situándose por primera vez como tercera fuerza política.

El Partido Socialista Obrero Español por su parte ha sumado 6.032.500 votos, (38,51%) casi 600.000 menos que el Partido Popular, obteniendo 21 escaños. El PSOE sigue manteniendo sus principales territorios en Andalucía, Extremadura, Cataluña, Aragón y Asturias.

A diferencia de otros países de Europa, donde los partidos nacionalistas, euroescépticos y verdes han dado la sorpresa y han conseguido crear una verdadera alternativa como tercera fuerza política (es el caso de los ecologistas en Francia), en España las elecciones se siguen jugando a dos. Los partidos minoritarios Coalición por Europa (CEU) e Izquierda Unida–Iniciativa per Catalunya (IU-ICV), se tendrán que conformar con 2 escaños cada uno. Por su parte, Unión Progreso y Democracia (UPyD) se estrena estas elecciones con un escaño, al igual que la Europa de los Pueblos-Verdes (Edp-V).

En Cataluña, el PSOE vence holgadamente con el 35,86% de los votos, seguidos de Convergencia i Unió (que forma parte de la Coalición por Europa) con 22,45%. El PP se sitúa como tercera fuerza con el 18%, Esquerra Republica de Catalunya obtiene el 9,21% e Iniciativa per Catalunya el 6,09% demostrando el gran tirón de este pequeño partido gracias a la labor del candidato Raül Romeva, del que nos declaramos fans absolutos.

Unas elecciones ¿europeas?

Si había una oportunidad, tan sólo una, de que los ciudadanos conocieran los programas electorales de los principales partidos, Mayor Oreja y López Aguilar perdieron la oportunidad. Los dos debates televisivos, donde echamos en falta al resto de candidatos, se convirtieron en un puente aéreo de reproches, mentiras e insultos. Tan sólo sirvió para quedarnos compuestos y sin propuestas.

Si el ciudadano medio quería respuestas, se quedó con las ganas. No se mencionó el Plan Bolonia ni la educación, tampoco los proyectos sanitarios, la investigación científica, la movilidad laboral, el futuro energético y medioambiental, nada acerca del Tratado de Lisboa, de la próxima presidencia española de la Unión Europea… nada.

El debate se convirtió en un dramático cara a cara donde los candidatos desempolvaron sus tácticas más sucias y tiraron balones fuera hablando de aviones oficiales, de corrupción, de aborto y pederastia secular, de los datos del paro, del GAL del 11-M y el Yak-42. A estas alturas los ciudadanos ya habíamos cambiado de canal. Jamás se había conocido una campaña tan alejada de Europa. Todos los partidos han optado por la clave nacional: ataques al adversario, sin programas, sin propuestas, sin debate… y sin esperanzas en una Europa cada vez más desconocida para el ciudadano. Ante tamaño despropósito, el 45% de participación es todo un logro. ¿Cómo pretenden que los ciudadanos no den la espalda al proyecto europeo con el ejemplo que dan sus políticos?

Todas las encuestas daban vencedor a Mayor Oreja

El pasado 22 de mayo empezaba de manera oficial la campaña para las elecciones del 7 de junio. Nuestras calles se empapelaron con propaganda electoral y por fin pudimos poner cara a los candidatos de los partidos en segunda línea de batalla.

Pero la verdad es que la campaña ya había comenzado días antes cuando las primeras encuestas vieron la luz. Un empate técnico entre el PSOE y el PP –con 23 escaños cada uno- reflejaba una profunda división del electorado, marcada por la mala gestión de la crisis del Gobierno socialista, y los casos de corrupción y espionaje del principal partido de la oposición.

Las últimas encuestas, publicadas el pasado 31 de mayo por los principales periódicos del país, reflejaban los cambios de última hora provocados por una pésima campaña electoral. El PP aventajaría al PSOE en casi tres puntos.

La encuesta de Sigma Dos para El Mundo, otorgaba 24 diputados al PP (42,8% de los votos) y 22 escaños al PSOE (40,6%). La encuesta de El País, elaborada por Metroscopia, también daba la victoria al PP, al que otorga 22 escaños y el 43% de los votos frente a los 21 escaños y el 39,3% de los votos al PSOE. Por su parte ABC y DYM fueron quizás los más acertados, otorgando 23 escaños y el 40,9% de los votos a los populares, y 21 escaños y el 38,7% de los votos a los socialistas.

La campaña del “pollo”

Si tuviéramos que calificar de alguna manera la campaña de comunicación realizada por el Parlamento, la palabra sería: ridícula. La primera impresión es lo que cuenta, tal y como nos aseguran los anuncios de perfume, si es así, esta campaña publicitaria no se ha comido un colín.

Cadáveres de pollo, manzansa trasngénicas, muros de hormigón, un lindo gatito… Ante semejante festival de creación publicitaria ¿por qué ir a votar? ¿Qué hace el Parlamento Europeo por nosotros?. Démosle una segunda oportunidad… en el fondo no es tan terrible como parece a primera vista, a pesar de lo desafortunado de algunas imágenes (de acuerdo, de la mayoría) la idea es hasta buena. Aunque el mensaje es bastante críptico para aquellos que no están muy puestos a priori en la vida comunitaria, no deja de tener buena intención. La campaña pretendía recordarnos todas aquellas “importantes pequeñas cosas” que se deciden en Bruselas, para ello, quizás, el ciudadano debería saber para qué sirve el Parlamento Europeo, qué es la Unión Europea... La Unión sigue fracasando en su labor de dar a conocer su trabajo.

Si estás totalmente pez en la Unión Europea, aquí debajo te dejamos una pequeña guía práctica de la Unión.

Cápsulas para entender Europa

¿Qué? El mismísimo Robert Schuman fue el primer presidente del Parlamento Europeo (PE) en 1958. Quizá su nombre no te diga nada, pero estamos hablando de uno político considerado como uno de los padres de la Europa Comunitaria. De ahí que puedes ir haciéndote una idea de la importancia simbólica de una institución como el PE.

Desde 1979 el Parlamento se dejó de lirismos, para arremangarse y pasar verdaderamente a la acción se convirtió en la primera y única institución comunitaria elegida por sufragio directo. De este modo podemos afirmar que el PE es el encargado de representar y dar voz a los ciudadanos en el seno de la Unión Europea. En una organización cuya estructura puede parecer a simple vista un tanto enrevesada y lejana, el Parlamento se demuestra como una de las instituciones más reconocibles por los ciudadanos.

¿Cuándo? Las elecciones al PE cumplen 30 años, pero la entrada de España se demoró hasta 1986, por lo que nuestra primera participación fue en 1987. Contando que las elecciones se celebran cada 5 años, si no te salen las cuentas es normal. Las últimas elecciones antes de la entrada de España fueron en 1984, con lo que a fin de ajustar la composición de la cámara se celebraron unas extraordinarias en 1987 para los recién incorporados.

¿Dónde? La sede oficial del Parlamento Europeo es Estrasburgo, cuya enclave entre Alemania y Francia simboliza la reconciliación de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. A efectos prácticos, y exceptuando las 12 sesiones plenarias al año, puedes encontrar a tus eurodiputados en la sede de Bruselas.

¿Cómo? El PE tiene la suerte de que el paso de los años le sienta estupendamente. Tratado tras tratado ha ido ampliando sus competencias y en el caso de que veamos aprobado lo decidido en el Consejo Europeo de Lisboa, la cosa irá en aumento… Además de codecisión en la mayor parte de asuntos europeos, el PE también tiene derecho de iniciativa política.

¿Quién? Actualmente contamos con 785 eurodiputados representando a 492 millones de personas (de entre ellas 375 millones votantes) repartidas en 27 países Los eurodiputados se distribuyen en 8 grupos en el Parlamento según su color político.

Podemos encontrar eurodiputados catalanes en tres grupos: Grupo del Partido Popular Europeo - Aleix Vidal-Quadras. Grupo Socialista en el Parlamento Europeo - Maria Badia i Cutchet, Josep Borrell Fontelles, Martí Grau i Segú, Raimon Obiols i Germà, Teresa Riera Madurell. Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea - Raül Romeva i Rueda

La opinión de los Babelianos

Lo grave, es que cada año la participación en comicios europeos caen en picado, de forma directamente proporcional a la propaganda política sin reflexión alguna para “vender” Europa. Y es que, los políticos, no han demostrado el empeño suficiente en explicar la realidad europea, con sus pros y sus contras.

Para muchos, el Parlamento europeo es sinónimo de retiro o exilio, según se quiera ver, de dinosaurios políticos. Sinónimo de poca participación, y de dudosa excelencia de sus candidatos. Resulta curioso ver cómo en el reciente debate electoral entre el candidato socialista, López Aguilar, y el candidato popular, Mayor Oreja, todo lo que se puede extraer es una mera extrapolación de la situación actual interna del país. La persistencia de este hermetismo nacional, que no es de uso exclusivo español, no favorece en absoluto la idea de construcción de Europa.

Lo curioso, es como en medio de unas de las crisis mundiales más virulentas Europa gana atractivo para muchos países euroescépticos. Es el caso de Islandia, y tras la victoria de la izquierda capitaneada por Jóhanna Sigurdardóttir, se ha insistido en la necesidad de solicitar el ingreso “cuanto antes”. Una vez más uno de los temas estrella de estas elecciones será la inmigración. Y como trasfondo, emerge la tan discutida y polémica adhesión turca. Cuestión que, si más no, desvía la atención de otros temas de interés en el día a día del ciudadano europeo.

Lo de siempre, si a todo esto le sumamos el desaliento con la clase política, el escepticismo y el desconocimiento del impacto de la Unión Europea en nuestras vidas, cuando curiosamente dos tercios de las medidas que nos afectan proceden del Parlamento Europeo, se nos presenta un escenario cuanto más desconcertante. Una de las lecturas que se harán de estas elecciones es si habrá o no voto de castigo al gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Francisco Aldecoa, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense UCM, afirma que «los partidos han entendido que para que los ciudadanos participen es mejor plantear la campaña en lógica nacional». Entonces, elecciones ¿europeas?

Texto: Mercè Aguilar, Elena Herrero y Rubén López

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