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En tiempos de crisis el mantecado hace su agosto

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PolíticaLifestyle

Uno de los indicadores indiscutibles de que la Navidad se acerca en España es la llegada del mantecado, el dulce rey de estas fechas junto al turrón, que vive su agosto en diciembre, haya o no haya crisis

Economía revuelta, ganancia de los mantecados

Marianne Perdomo /WikimediaUn dulce hecho de manteca de cerdo, harina, almendra y azúcar resiste estoicamente las embestidas de la crisis. José Luis Olmedo, gerente de la fábrica de mantecados La Muralla, de la localidad sevillana de Estepa, nos explica la razón: “el mantecado es una ganga”. Un kilo de este producto, es decir, unas 30 piezas, cuesta entre 4 y 5 euros, “una cantidad que llena con creces una bandeja para familia e invitados”, lo que lo sitúa en una posición de ventaja frente a otros productos típicos de navidad. Tal tirón parece tener este producto, que las ‘colonias’ de inmigrantes españoles del resto de Europa demandan la exportación del mantecado, sobre todo en Francia, Italia y Portugal.

La crisis ha provocado una reducción de la demanda de las cajas de mantecados dirigidas a las cestas de empresa

Pero la crisis afecta a todo, e incluso el precio final del mantecado se ha incrementado en un 15%. La base tradicional de este producto se compone de un 50% de harina de trigo, un 25% de manteca blanca de cerdo y otro 25% de azúcar y del ingrediente que lo distinga de otros (limón, canela, almendra, etc). Si la harina y la manteca han sufrido un grave aumento de precio este último año, aclara José Luis Olmedo, “el coste final, evidentemente aumenta”. Una consecuencia directa de esta subida ha sido la disminución importante en la demanda de cajas pequeñas de mantecados, contenido imprescindible, hasta hoy, en los regalos y cestas de empresas.

La tradición, la mejor campaña de márquetin

Cortesía de La Muralla (www.lamuralla.es)Indudablemente, “la tradición”, defiende Olmedo, es la mejor campaña de márquetin. El mantecado data del siglo XVI, y su origen está disputado entre las ciudades del centro de Andalucía de Antequera y Estepa, donde el excedente de manteca de cerdo y harina estimulaba la imaginación de los lugareños para crear platos donde aprovecharlos. Sin embargo, su comercialización no comenzó hasta 1870. El éxito comercial fue inmediato: en 1934 ya se contaban unas 15 casas en Estepa que se habían convertido en pequeñas fábricas, hoy, el número asciende a 30.

Estepa depende casi en su totalidad de la actividad económica generada por el mantecado, directa o indirectamente

Estepa es sin duda la capital mundial del mantecado, con una producción anual de 20 millones de kilos, más del 40% de la producción nacional. Esta localidad de la provincia de Sevilla, que apenas sobrepasa 12.000 habitantes, produce mantecados “a un ritmo frenético” durante cuatro meses (de agosto a diciembre), una carga de trabajo que bien “necesita sus respectivos ocho meses de descanso”, según afirma Olmedo. 2.000 personas trabajan directamente para las fábricas de mantecados y la mayoría del resto indirectamente. La publicidad, maquinaria, transporte y distribución es 100% estepeña y aquí radica su riqueza.

Mantecados de alta velocidad

tnarik/FlickrAunque el mantecado se produce en otras muchas partes de España y Andalucía, el Consejo Regulador del Mantecado de Estepa vela porque la indicación geográfica de cada producto sea la correcta. Una de las medidas más eficaces que se han tomado al respecto es el reparto de pequeños fragmentos de este producto, de unos 20 gramos, en el trayecto Sevilla-Madrid del tren de alta velocidad (AVE) durante estas fechas. Su puesta en marcha en 2006 ha reforzado aún más el protagonismo de Estepa. A pesar de estos avances, Olmedo “el mantecado envuelto en celofán blanco, el de siempre”.

Ingredientes para el mantecado de canela (para 900 gramos):

• 175 gramos de manteca blanca de cerdo

• 250 gramos de azúcar

• 125 gramos de almendras tostadas molidas

• 350 gramos de harina

• 5 gramos de canela

Elaboración:

Poner en una sartén harina y tostarla a fuego suave sin dejar de mover con una cuchara de palo. Una vez tostada, mezclar con las almendras y dejar enfriar. 

Después, batir la manteca hasta que adquiera una consistencia espumosa y añadir el azúcar y la canela. Volver a remover, incorporando poco a poco la harina y la almendra. 

Extender la masa (con unos dos centímetros de espesor) y cortar en piezas de unos 4 centímetros de ancho. 

Meter en el horno, calentado a unos 150 grados. Sacar una vez alcancen tostadas, dejar enfriar y envolver en papel para la presentación.