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El Titanic rumano o cómo salvar la economía sin perder las elecciones

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n- ost

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Default profile picture Aspe-Montoya isabel

El gobierno rumano quiere salvar la titubeante economía mediante la adopción de medidas y ganar las elecciones al Parlamento, que se celebrarán el próximo 30 de noviembre

Mientras la crisis financiera mostraba su peor cara en EE UU, Europa se mantenía a la espera, observando curiosa y algo inquieta lo que sucedía al otro lado del Atlántico. Por aquella época afirmaba en Bucarest un convencido presidente rumano Traian Băsescu: “La crisis financiera con origen en EE UU no afectará a Rumanía”, tras la reunión mantenida con el gobernador del banco central de Bucarest, quien le había asegurado que no existía ninguna filial bancaria americana en el mercado financiero rumano. La tasa de crecimiento para 2009 no estaba por lo tanto amenazada, aseguraba Băsescu, que la fijaba entre un 5 y un 7%. 

Rumanía, la tranquilidad hecha país

Sin embargo, mientras tanto, caían los primeros bancos europeos y los gobiernos intentaban rescatar las entidades financieras con gigantescas inyecciones de dinero. Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y otros países parecían estar preguntándose cómo habían llegado a esta situación, pero Bucarest permanecía tranquila, ya que el peligro estaba todavía a 2.000 km de distancia. No fue hasta el preludio de la cumbre de la UE cuando el primer ministro, Calin Popescu Tariceanu, reconoció que la crisis financiera podría quizá no afectar directamente a la economía rumana, pero que la crisis era inminente. El primer síntoma era el aplazamiento de la inversión de la empresa austriaca del acero Voestalpine en Rumanía. 

Tal y como era de esperar, Rumanía se hunde en una crisis económica antes de la inminente convocatoria electoral. Siendo la corrupción la mayor crítica de Bruselas a los políticos rumanos, podemos entender el escándalo que provocaron las declaraciones del jefe de gobierno rumano Băsescu: “la crisis financiera mundial se debe a la corrupción”. El primer ministro se mantenía, por el contrario, relativamente tranquilo.

La crisis que llegó con nocturnidad

©pixelconscious/flickrY de repente llega la crisis: la fábrica de automóviles Dacia, perteneciente al grupo Renault, ha tenido que parar la cadena de producción durante seis días completos. Por primera vez en 80 años, el gigante del acero Arcelor Mittal Hunedoara ha paralizado la producción para poder adaptarse al hundimiento de la demanda. Por todo el país miles de puestos de trabajo se encuentran amenazados y los bancos se niegan a conceder ningún crédito, y cuando lo hacen es en condiciones draconianas. A pesar de todo, los políticos rumanos conservan la calma. El presidente hizo un llamamiento al conjunto de las instituciones estatales para reducir los gastos, ya que en los tiempos que vivimos lo que toca es ahorrar. El primer ministro Tariceanu comparó la economía rumana con el Titanic: “Chocaremos contra la crisis, pero en los pisos superiores se seguirá tocando música y bailando”.

El Parlamento se puso enseguida manos a la obra. Quería salvar la economía pensando además en las cercanas elecciones. Como consecuencia, los funcionarios y en primer lugar el profesorado, tendrían una subida salarial del 50%. El primer ministro se mostró en contra y denominó la ley como “suicidio económico” a la vez que se mostraba partidario de su bloqueo a través de un decreto del gobierno. Incluso la vicepresidenta del Bundestag alemán, Susanne Kastner (SPD), consideró esa decisión como populista.

Como consecuencia, todos los sindicatos rumanos anunciaron una huelga. Si el profesorado tiene una subida salarial del 50%, ellos también. La crisis está provocando el caos en Rumanía. El presidente Băsescu encontró en ello una excelente oportunidad para atacar a su mayor rival, el primer ministro Tariceanu, al que reprochó que el Estado tiene suficiente dinero para los profesores y el gobierno debe únicamente asignar los fondos correctamente. 

Solo un escaño en el Parlamento

Después de un emocionante toma y daca con el decreto del gobierno entre el Parlamento y el Tribunal Constitucional, el ejecutivo ha tenido que admitir su derrota. El profesorado solo puede obtener una subida salarial del 28%, lo que debería aplicarse al resto de funcionarios. El primer ministro, candidato a diputado, se ha esforzado por su parte en conceder regalos electorales. Calin Popescu Tariceanu anunció que cada empresario recibirá, por cada parado que contrate, 1.000 € del Estado. La agricultura recibirá más subvenciones, que sumarán en total 250 millones de euros. Así planifica el primer ministro el presupuesto para el futuro gobierno, en caso de continuar en él.

Las elecciones parlamentarias se celebrarán el 30 de noviembre. Por primera vez se ha introducido el nuevo sistema de mayorías, así que no solo están los partidos en campaña electoral, sino numerosos candidatos a diputados. En los niveles políticos más altos nadie parece preocuparse porque casi 30.000 personas ya han perdido su puesto de trabajo, siendo el pronóstico para el próximo año aún más negro. Y es que ningún político busca una salida a la crisis, el único objetivo ahora es un escaño en el Parlamento.

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Translated from Die rumänische Titanic: Finanzkrise trifft auf Wahlkampf