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El boom de las casas ecológicas

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SociedadPolítica

Tras tomar conciencia de los riesgos que amenazan a nuestro planeta, políticos y ciudadanos empiezan a construir un entorno más sano. Del hábitat ecológico a los “eco-barrios”, Europa se viste de verde.

Durante la construcción o renovación de un edificio, sea cual sea su tamaño, se contamina mucho. A modo de ejemplo: el 25% de los gases del sector de la construcción aumentan el efecto invernadero. En cuanto al consumo de energía, la situación no es muy diferente. “La contribución del sector de la construcción representa el 45% del consumo de energía en Francia”, explica Christophe Bombled, miembro de l'asociación Les Amis de l'EcoZAC.

Los particulares no se quedan al margen. El consumo diario de agua por persona ha pasado de 7 a 150 litros en un siglo, mientras la masa de desechos caseros alcanza los 25 millones de toneladas al año. Todo esto, sin olvidar el problema que conlleva para la salud: la calidad del aire, el problema del amianto, los compuestos volátiles en las pinturas, radón y monóxido de carbono, que causan 200 muertes al año sólo en Francia.

Los Europeos, sin embargo, parecen haber tomado conciencia de la amplitud del problema. Lo demuestra un estudio francés del instituto Louise Harris, encargado por la Agencia para el Desarrollo y la Gestión de la Energía (ADEME), hecho público en junio de 2004. Según el sondeo, el 98% de los interrogados defiende el desarrollo de energías renovables. Para el 80% de ellos, se trata de las energías del futuro.

Los poderes públicos también han tomado medidas en este asunto a través de dos recientes proyectos de ley: el plan Climat 2004 y la ley sobre la Orientación de la Energía. El objetivo, entre otros, era el de disminuir el consumo de energía un 50% de aquí a 2008.

Elegir materiales sanos

La tendencia actual es el cambio de comportamiento. Se ha vuelto necesario construir o renovar casas que regulen mejor su consumo de energía y desprendan menos gases contaminantes a la atmósfera. La norma HQE, sobre la alta calidad del medio ambiente surge como referencia.

La casa ecológica puede ir desde la elección de una energía propia para la calefacción o la electricidad (eólicas, bombas de calor, solar, térmica o fotovoltaica), pasando por medios de control del agua (equipos de bajo consumo, recuperación de agua de lluvia), hasta la elección de materiales considerados sanos como la madera para las paredes o el cáñamo para el aislamiento. En este caso hay que diferenciar los materiales “naturales” y los materiales “sanos”: “el amianto es un material natural pero está lejos de ser sano”, afirma la Federación Francesa de la Construcción (FFB).

La casa razonada, denominada como “pasiva”, también pasa por la arquitectura, en particular por la arquitectura bioclimática. Según está escuela energética alemana, un edificio con un consumo energético muy débil (inferior a 15kWh/m2 al año), puede ofrecer cada año una temperatura ambiente agradable sin la aplicación convencional de la calefacción.

Rentable a largo plazo

Todo tiene un coste. Es una inversión a largo plazo en dos pasos. Por un lado, la parte de la construcción “biológica”, que es poco rentable porque necesita materiales caros. Por otro, la parte “pasiva” que es muy rentable. Nos ahorramos las instalaciones de calefacción, que es una de las partes más pesadas en la construcción de una casa clásica.

Según Quentin Goulard, arquitecto especialista en construcción de casas ecológicas, la “casa verde” es rentable a largo plazo. “Si una casa `bio´ tiene un coste de construcción de alrededor de un 30% más elevado que el de una casa clásica, el de la casa `pasiva´ es todavía un 10% ó 15% más alto”, explica. Sin embargo, gracias a la reducción del consumo energético “la casa pasiva se rentabiliza en unos 5 a 10 años”, aclara.

En resumen, existen elementos para que la casa ecológica se convierta en norma. Los Daneses y los alemanes se adelantan: redujeron su consumo de energía a 15 kWh/m². El objetivo en Francia es reducirlo a 50 kWh/m², frente a los 90 actuales, de aquí a 5 años.

La Europa de los “Eco-barrios”

De 1994 a 2004, la campaña europea de las “ciudades duraderas” generó experiencias piloto en grandes aglomeraciones.

En Friburgo, Alemania, el proyecto derivó en el modelo de la “ciudad-jardín”, creado en Gran Bretaña a finales del siglo XIX, durante la Revolución Industrial. Es un proyecto urbano que asocia viviendas sociales, jardines, y actuaciones paisajísticas. Los barrios de Vauban y de Riesenfeld, que reagrupan a 15.000 habitantes, a 4 km del centro de la ciudad de Fribourg, nacieron sobre las bases siguientes: hábitats de bajo consumo, recuperación del agua de lluvia, y prioridad absoluta para los transportes públicos, los peatones y los ciclistas. Todos los edificios tienen un consumo bajo porque el aislamiento y la ventilación de las viviendas permiten bajar considerablemente el consumo de energía. Muchos edificios combinan captadores solares fotovoltaicos y térmicos.

En Gran Bretaña, Beddington Zero Energy Development (BedZED) es la primera localidad “energía cero”. Inaugurada en 2002, BedZED está situada a veinte minutos en tren hacia el sur de Londres. Está dotada con un dispositivo ingenioso, reunido alrededor de un intercambiador, el aire viciado que se escapa cede su calor al aire fresco que penetra. El arquitecto Bill Dunster, diseñador de este proyecto piloto, quiso reconstituir la “ciudad-jardín” tradicional inglesa, densificando en lo posible el espacio urbanizado. Por otro lado, la mitad de las viviendas se reservan a la Fundación Peabody para familias con rentas bajas. BedZED utiliza materiales naturales y renovables, así como reciclables (madera, ladrillos o estructuras metálicas), disponibles en un radio de 50 km a la redonda, para favorecer así la economía regional y limitar los transportes. Gordon Brown, el primer ministro británico, anunció un proyecto de cinco “eco-ciudades” repartidas por Inglaterra.

En Barcelona, la rehabilitación del barrio de Poblenou reside en la creación de calles peatonales, la colocación de nuevos espacios liberados de coches y la reorganización de las actividades. Esta última se debe a las peticiones de los habitantes. De esta manera se han creado zonas habitables, aliando comodidad de vivienda, actividad profesional y marco libre de vida. Alrededor de 4.600 viviendas situadas de forma clandestina en zona industrial, han sido reconocidas y su rehabilitación permitirá reintegrar esta parte marginada de la ciudad.

Translated from Le boom des maisons écolos