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De Senegal a la Gran Mezquita de Roma

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Sociedad

La petite vendeuse de soleil es una poética y conmovedora película presentada en 1999 en el Festival de Cannes. Es la historia de una niña senegalesa que vende por la calle el periódico Soleil, el mismo trabajo que muchos inmigrantes desempeñan en muchas ciudades europeas. En Roma, hemos encontrado a Ndjogou Thiongane, que nos ha acompañado a visitar la mezquita y nos ha contado su historia

Ndjogou Thiongane está en Italia desde hace 13 años, trabaja por las calles de Roma vendiendo periódicos. Pero no se trata de una publicación cualquiera: Terre di Mezzo es una revista callejera, fundada hace 14 años en Milán por un grupo de jóvenes periodistas, que abarca temas sociales vinculados al ámbito urbano. Lo venden los extracomunitarios, principalmente senegaleses. El expendedor se queda con casi la mitad del precio de cada unidad.

De Senegal a Italia

Los primeros tres años de Ndjogou en Italia transcurrieron en la clandestinidad. Después, llegó el trabajo como vendedor callejero para la casa editora Terre di Mezzo y el tan anhelado permiso de residencia. Ndjogou ha sido una compañía de excepción de una visita organizada por la asociación 'Insieme nelle Terre di Mezzo' a la Gran Mezquita de Roma, la más grande de Europa. De camino a la mezquita, Ndjogou cuenta el trayecto que le trajo de Senegal a Italia, hasta acabar en la venta callejera. Un viaje al descubrimiento de la cultura islámica y de las etapas del periplo de la esperanza en dirección a una tierra que, para muchos africanos, representa todavía Eldorado.

"Cuando salí por primera vez, hace trece años, se cogía el barco desde Dakar a Marsella", comenta. "Algunos se quedaban allí, otros cogían el tren y esquivaban clandestinamente la frontera con Italia. En ese punto, cada cual escogía su camino e iba a la ciudad en la que, con suerte, le esperase un amigo". Hoy, la primera parte del viaje es más breve pero más costosa: a Francia se llega en avión y para la adquisición del billete se moviliza toda la familia.

Cuando el dinero no es suficiente, se elige la vía más larga y peligrosa. Así lo recogió en 2003 el periodista Fabrizio Gatti del Corriere della Sera en el reportaje de investigación 'Fuga del África': de viaje con los furtivos. Salida de Dakar recorriendo 5.000 kilómetros pasando por Mali, Níger y Libia. En Trípoli finalmente se embarca y se sigue la ruta mediterránea por la isla de Lampedusa. El equipaje es esencial: una mochila, la cantimplora para beber y un turbante tuareg para protegerse del sol cociente del desierto. El periplo dura un mes y medio y es una prueba de supervivencia: la mayoría sucumbe ante el agotamiento y las enfermedades.

Una mezquita bien integrada

Según el informe sobre imigración de Cáritas, en Italia viven 62.620 senegaleses con permiso de residencia (datos del Istat -instituto de estadística italiano- en 31-12-2008). En Roma viven 832, de los cuales menos de una quinta parte son mujeres. Las tres esposas y quince hijos de Ndjogou, de hecho, se han quedado en Senegal. Ndjogou es musulmán practicante y va a la mezquita cada viernes. "Vivo libremente mi fe y no me siento discriminado por los italianos por causa de mi religión. En estos años he encontrado más italianos abiertos al diálogo que racistas. El fenómeno del patrullaje no me preocupa. Me siento bastante seguro en Roma". El informe sobre imigración de Cáritas, basándose en la composición de los grupos étnicos inmigrantes, estima que en Italia viven 1.200.000 musulmanes, de los cuales 54.000 se han instalado en Roma.

La Gran Mezquita de Roma, para promover el diálogo interreligioso, organiza visitas guiadas gratuitas cada miércoles y sábado por la mañana. El viernes, día de la semana de oración, la frecuentan otros 2.000 musulmanes y durante las fiestas religiosas se suman 15.000 visitantes. Una realidad que explica Aziz Darif, nacido en Marruecos residente en Italia desde 1991.

Conocer la cultura musulmana

"En los años ochenta, al inicio de los trabajos, los habitantes del barrio se negaban a la construcción de una mezquita en aquella área. Con el tiempo, se han dado cuenta que es enriquecedor para el lugar y ahora las parroquias, escuelas y asociaciones culturales vienen muchísimo a conocer la cultura musulmana y a visitar esta joya arquitectónica".

La mezquita de Roma es obra del arquitecto italiano Paolo Portoghesi, el mismo que realizará la mezquita de Estrasburgo. Aziz trabaja para la mezquita como guía turístico y cultural y forma parte de la Consulta Ciudadana por la representación de la comunidad extranjera de Roma. En su opinión, Europa debería "promover continuamente el diálogo y llevar a cabo iniciativas locales a favor de la escolarización y de la participación de las mujeres inmigrantes en la sociedad civil".

Para Ndjogou, vender periódicos es un instrumento de integración en Italia. Trabaja todas las mañanas en la plazoleta Aldo Moro, rebosante de estudiantes universitarios, y todas las tardes en la entrada de la librería Feltrinelli de la plaza de la República. Sin embargo, la crisis también ha influido en este sector y desde hace unos meses, aparte de Terra di Mezzo, también se encarga ahora de vender los libros de otra casa editora. Y se las debe ver asimismo con la competencia de los vendedores callejeros más jóvenes que usan técnicas de venta persuasivas. Él, sin embargo, espera tranquilo a que la gente se acerque a su puestecillo para comprar la revista que cuenta un fragmento de su mundo.

Translated from Dal Senegal alla Grande Moschea di Roma