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De San Diego a Vilna: Un americano abre una biblioteca judía en Lituania

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Default profile picture SoniaZ

Translation by:

Cristina Rodriguez

CulturaSociedad

No existe ahora mismo nada más multicultural en Lituania que la nueva librería judía que abrió en la capital de este estado báltico en diciembre. El concepto es simple: todos los libros, películas y música deben tratar sobre temas, escritores o artistas judíos. La biblioteca abrió sus puertas el 16 de diciembre de 2011.

Películas de Steven Spielberg se encontrarán al lado de textos religiosos, libros sobre sinagogas en Turquía y fotografías donadas a la biblioteca, como la que hizo el actor Leonard Nimoy, más conocido por su papel de Spock en Star Trek (1966). La mayoría de los artículos en esta pequeña tienda en Vilna estarán en inglés, pero la biblioteca también contará con textos en ruso, francés y alemán. No hay límites respecto a qué lenguas puede albergar la biblioteca, siempre y cuando el libro se adhiera a los criterios judíos.

Wyman Brent, el fundador

La excepcional colección de la biblioteca fue creación del librero americano Wyman Brent, de 49 años. Ni es judío ni tiene lazos familiares con Lituania. Es, simplemente, un amante de la literatura que, hace siete años, se encontró un libro de la colección de Harry Kemelman sobre el rabino Small en una librería en su ciudad natal, San Diego, California. Las novelas siguen las aventuras de un detective religioso y fueron muy populares en los años 60 y 70. Desde aquí, su interés y su colección de libros, películas y objetos de interés creció hasta que se dio cuenta de que debía hacer algo con ellos. La idea de la biblioteca había nacido. Brent vino por primera vez a Vilna en sus viajes en 1994 y se enamoró de sus calles sinuosas y adoquinadas, sus catedrales góticas y su rica herencia judía y supo que la biblioteca pertenecía a este lugar. En 2008, Wyman mandó por barco su colección a Vilna (alrededor de 4.000 artículos en total) y empezó a buscar algún lugar donde colocarla. “Esta biblioteca nueva puede salir bien o mal,” dice Olya Lempert, una traductora y bibliógrafa de biblioteca que asistió a la única escuela judía en Vilna. “Será o bien un surtido tonto de todo tipo de cosas o bien puede llegar a recopilarse accidentalmente una buena colección.”

No es lituano, tampoco judío; se define simplemente como un amante de la literatura

El ministerio de cultura ha dado a biblioteca parte de un edificio en Gediminas Avenue, el principal bulevar en Vilna, y una subvención de 700.000 litas (alrededor de 200.000 euros). Wyman, que gastó 50.000 dólares de su propio bolsillo en la colección, pasará a ser embajador extraordinario de la biblioteca e invitará a individuos e instituciones a donar libros. Arunas Gelunas, el ministro de cultura declara: “Para el futuro de Lituania es sumamente importante ser consciente de pertenecer a una rica y diversa tradición en la cultura europea. Este proyecto restaurará parte del colorido mosaico de Vilna. Esto nos ayuda a percibir la herencia cultural de nuestro país en toda su dimensión”.

Judíos en Vilna

Unos 5.000 judíos viven en Lituania (aproximadamente un 0,1% de la población) de los alrededor de 220.000 que vivían aquí antes de la Segunda Guerra Mundial. Vilna fue un centro cultural de arte y cultura judíos y los judíos vivían más o menos en paz con sus vecinos lituanos, rusos y polacos. Hoy en día solo queda una fracción de la rica herencia judía de Lituania (y no queda casi nada de las muchas bibliotecas judías que estaban en funcionamiento antes del Holocausto). El Museo Judío Estatal Vilna Gaon y su asociado, el centro de tolerancia, trabajan duro para educar a Lituania acerca de la dolorosa historia del Holocausto, el conocimiento completo de lo que fue bloqueado por la Unión Soviética hasta que Lituania se independizó en el años 1990. Aunque aún perduran muchas ideas falsas entre los lituanos y las comunidades judías hasta la fecha, este año se ha denominado oficialmente “año de recuerdo a las víctimas del Holocausto en Lituania”. Rachelė Kostanian, directora de la exposición sobre el Holocausto en el Museo Judío dice que ha habido un notable cambio en la sociedad en los últimos años. “El Holocausto ha calado en las conciencias de la gente un poco más”.

“El Holocausto ha calado en las conciencias de la gente un poco más”

La vida judía en Vilna es bastante reducida, debido a que quedan muy pocos judíos, y ésta gira en torno al centro comunitario judío. Situado en un antiguo edificio grandioso y encantador que fue antiguamente un colegio hebreo “Tarbut”, en él los miembros de la comunidad se reúnen para aprender yidish, una lengua casi olvidada que se hablaba mucho antes de la guerra. El centro organiza también noches de baile y viajes al campo para jóvenes escolares. El organizador de grupos juveniles, Valentin, viene de una familia mixta: su padre es judío mientras que su madre es rusa. Aun así se identifica totalmente con su origen judío, hasta el punto de que se ha diseñado su propio tatuaje de la mano Jamsa (un símbolo popular judío de buena suerte) en el antebrazo y lo muestra con orgullo.

Entre el apoyo y el desacuerdo

Valentin no es un aficionado de las bibliotecas pero se alegra de esta nueva apertura y promete ir a echar un vistazo. De igual modo, la mayoría de la comunidad judía apoya la nueva biblioteca aunque algunos albergan temores sobre si este nuevo proyecto podría ser manipulado por el gobierno ya sea imponiendo lo que debería tener su colección o usándolo para mostrar al mundo occidental que Lituania está haciendo algo acerca de su herencia perdida. “Solo porque una mujer judía haya escrito un libro sobre jardinería no significa que añada nada a la cultura judía,” comenta la bibliotecaria jefe de la biblioteca del Museo Judío, Rosa Levitaite. “Es más bien una biblioteca de lenguas extranjeras.” Wyman no cuestiona este hecho. Espera atraer a personas que también deseen aprender otros idiomas y les gustaría ver películas (como La guerra de los mundos, incluida en la colección porque una de sus estrellas, Gene Barry, es de origen judío) y asistir a charlas. “Esta biblioteca no es solo para la comunidad judía, es para todos. Quiero que la gente conozca la contribución que los judíos han hecho al mundo.”

Según Rosa Levitaite, bibliotecaria jefe de la biblioteca del Museo Judío, "es m´sa bien una biblioteca de lenguas extranjeras" que una recopilación de obras relevantes de la cultura judía

Pero, ¿hay mucha demanda de cultura judía entre los lituanos? “La biblioteca tiene algo que puede ser enigmático para los jóvenes, especialmente si se acogen eventos, exposiciones o reuniones con gente interesante,” dice Teklė Kavtaradzė, estudiante de escritura de guiones. Olya Lempert irá a ver lo que se ha reunido. “Con algo de suerte atraerá atención positiva y los visitantes querrán investigar más,” dice. Y ése es el objetivo. Wyman promete promocionar todas las instituciones culturales judías en la biblioteca y espera que la gente tenga contactos positivos, como el que él tuvo hace tantos años cuando cogió el libro del rabino Small. “Leí ese libro y mírame ahora siete años después. Nunca se sabe lo que los visitantes podrían encontrar en la biblioteca para sí mismos.”

Este artículo forma parte de Multikulti on the Ground 2011-2012, una serie de reportajes realizados por cafebabel en toda Europa.

Fotos: portada, (cc) Casey David/flickr; texto, Wyman Brent, Vilniaus zydu biblioteka 10-03, página de google plus de Zilvinas Beliauskas; biblioteca: página oficial de la librería judía de Vilnius; vídeo, (cc) Bessie 1991/youtube.

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Translated from From San Diego to Vilnius: all Jew you need for a library in Lithuania