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De “Entresuelo” a “4º 2ª”: ¿quién hay detrás de esa puerta?

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nina behek

Sociedad

Barcelona es una de las urbes más multiculturales de Europa, donde los extranjeros oficialmente registrados representan el 17,4% de la población total. Cada uno con su razón de por qué vinieron y con su propio deseo de una vida mejor, todos se pusieron a punto para celebrar —a su manera— la noche más larga del año: la Nochevieja. A través de sus retratos una vez ya iniciados en el nuevo año, la fotógrafa eslovena Nina Behek trata así de mostrar la diversidad cultural de su comunidad de vecinos.

“Benvinguts!”

Andrew, 21 años y de Egipto: “Este año es la primera vez que no celebré la Nochevieja con mi familia, quienes solemos pasar el año nuevo en la iglesia debido a la comunidad cristiana a la que pertenezco”. Su padre es sacerdote, por lo que es costumbre festejar así la última noche del año. “Esta vez bebimos unos cubatas en casa de unos amigos y más tarde quisimos ir a la fiesta de la sala Razzmatazz, pero, como el chico de la calle nos vendió billetes falsos, no conseguimos entrar”, afirma con voz decepcionada. “Al final encontramos un bar con música genial y la fiesta no paró hasta la madrugada”. Foto: © Nina Behek.

Adiós 2012 con “feijoada”

Sydney, 35 años y de Brasil, vino a Barcelona por motivos laborales, lo mismo que su amigo Izmael, 41 años y compatriota. “Trabajamos hasta las tres y más tarde preparamos la comida con mi familia y amigos. Cocinamos una cena tropical, que es lo típicamente brasileño, como por ejemplo churrasco, arroz y la feijoada”, explica Sydney. Como la familia de Izmael no estaba, este celebró la Nochevieja con sus amigos, aunque “extrañaba la samba que se baila en Brasil”. Los dos festejaron el año nuevo con petardos, igual que en su país. Foto: © Nina Behek.

“Cotechino” en Nochevieja

Elio, 32 años e italiano, vive en Barcelona desde hace 6 años. Comenta que vino porque en el sur de Italia no había muchas oportunidades de trabajo. Considera que Barcelona tiene una vida y una cultura similar a la del sur de su país. “La Nochevieja en Italia se celebra con la familia comiendo lentejas, que traen buena suerte y dinero, y un embutido de cerdo que se llama cotechino. Como no tenía a mi gente aquí, pasé la Nochevieja con mis amigos en un restaurante y después todos salimos de fiesta. Lo mismo que en Italia”, asegura. Foto: © Nina Behek.

12 características, 12 deseos

Carol, 65 años y estadounidense, vive en Barcelona desde hace 47 años con su marido Arthur, de 64 años y también del mismo país. Explican que pasaron la noche de manera tranquila porque ya tuvieron una ajetreada Navidad con las hijas de Carol. “En Estados Unidos, mucha gente lleva gorros y pelucas mientras observa el reloj bajar en Times Square, así como también se canta una canción basada en un poema de Robert Burns. Como no estábamos allí, lo vimos por la tele, pero a las 6 de la mañana, debido a la diferencia de tiempos”, comenta Arthur. “Cada Nochevieja escribo en un papel 12 cosas que han caracterizado el año pasado y 12 cosas que deseo en el año nuevo. Lo hice también ayer junto con mi marido, y una cosa que deseo es ir a visitar a mi madre y a los padres de Arthur puesto que no podemos saber cuánto tiempo más estarán con nosotros”, cuenta Carol mientras muestra su papel repleto de deseos. Foto: © Nina Behek.

Piso multicultural

Matjaž, 26 años y esloveno, dice que aquí ni siquiera se sienten las vacaciones porque la vida es mucho más lenta: no como en Eslovenia, donde la gente se vuelve loca corriendo por las tiendas haciendo las últimas compras. “Cada vez que celebraba el año nuevo con mis padres, a la medianoche brindábamos con champán y por la mañana Dedek Mraz me traía regalos... En nuestra familia no se celebra la Navidad, por lo que no existe Papá Noel”. Este año celebró la Nochevieja por primera vez en otro país: “Pasamos la noche yendo de una fiesta a otra y terminamos en un sitio okupa bailando hasta que mis piernas no pudieron más”. Por su parte, Raquel, 29 años y de Portugal, explica que en su casa siempre esperan el año nuevo con una pierna en el aire para saltar con la derecha cuando el reloj da la medianoche: “Esto trae buena suerte”, sonríe. Reconoce que se despertó en el primer día de 2013 en la playa y sin un zapato. Foto: © Nina Behek.

A la imaginación

Albert Pascual, 36 años y de Barcelona, no se pudo reunir con su familia por Nochevieja, ya que viven en diferentes ciudades de España: “Hicimos en casa una comida ligera, ya que luego vinieron los turrones, los polvorones, así como el vino y el cava”, cuenta. Por su parte, la familia china de la comunidad nunca abre la puerta al oír el timbre, por lo que solo se pueden hacer suposiciones acerca de qué hicieron en la última noche del año. Bueno, al menos en la última noche del calendario occidental. Por cierto, ¡feliz 2013 a todos! Foto: © Nina Behek.

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