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David Adler, de DieM25: "Hacer política paneuropea es tremendamente difícil"

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David Adler es economista y coordinador de políticas del movimiento paneuropeo transnacional DiEM25 (Movimiento Democracia en Europa 2025), fundado por Yanis Varoufakis, que duró poco más de cuatro meses como ministro de Finanzas de Grecia en 2015.

David, ¿cómo se explica el éxito o fracaso de un movimiento transnacional?

Hay que mirar a distintos elementos. Algunos son mecánicos: en Europa existen barreras lingüísticas importantes a la hora de estructurar un movimiento de este tipo. Es un aspecto que no se ha abordado con seriedad. El elemento lingüístico interactúa de una manera muy precisa con el de las clases sociales. Un movimiento desarrollado a partir del inglés moviliza una capa específica de activistas, y a la vez excluye a mucha gente que de otra manera podrían adherirse a la campaña. Otra parte del desafío se relaciona con la dificultad de crear un programa compartido [entre varios países].

¿Por qué es difícil crear programas políticos comunes para varios países?

Establecer un programa que realmente pueda hacer frente a las necesidades de personas que viven en países distintos no es algo fácil. La esfera política europea se orienta hacia la percepción de un juego de suma cero entre diferentes países (pensemos en las narrativas mediáticas que establecen un conflicto entre los alemanes y los griegos, o bien entre los estados del norte y del sur, etc.). Así que parte del desafío de estructurar un movimiento paneuropeo está en ir más allá de estas barreras. En concreto, de mostrar que hay políticas concretas que pueden ayudarnos a resolver juntos algunos problemas sociales.

¿Puede darnos un ejemplo concreto de un problema que pueda tener una solución a escala europea?

[La propuesta para] el Nuevo Pacto Verde, elaborada por DIEM25 es una muestra práctica de una iniciativa impulsada por un movimiento transnacional. De manera realmente sencilla, este texto demuestra que los jubilados alemanes pueden beneficiarse de las inversiones en el medio ambiente en las comunidades que se han visto afectadas por las políticas de austeridad en Europa del sur. Y es un ejemplo de que podemos ofrecer un buen retorno para la inversión de los jubilados de Francia y Alemania y, a la vez, crear una cantidad importante de puestos de trabajo para los trabajadores griegos.

Sin embargo, los movimientos nacionales específicos, como el de los chalecos amarillos, parecen tener más éxito en movilizar a los ciudadanos. ¿Está de acuerdo?

Sí, y hay un tercer factor que puede explicar el porqué: la infraestructura institucional. Es la que tiene el poder de promover u obstaculizar la puesta en marcha de un movimiento social transnacional. Basándome en la experiencia con DiEM25, podría decir que hay un consenso generalizado en que existen algunos problemas de magnitud europea (fiscalidad, medio ambiente, etc.). Pero cuando se les pide a los partidos políticos que se comprometan con un movimiento paneuropeo, la respuesta es que sus electores residen en Francia o Alemania.

¿Y eso qué implica?

¿Qué incentivo ve un partido en preocuparse de electores que están fuera de su propia circunscripción electoral? Aunque estén de acuerdo con nuestro análisis de los problemas sociales, lo que más importa, al fin y a cabo, es responder a las necesidades de la nación. El movimiento de los chalecos amarillos es un ejemplo perfecto. ¿Cómo ganó tanta fuerza? Gracias al sistema electoral de Francia: a Macron le aterraba que ese movimiento pudiese destrozar su imagen de presidente pacificador.

**El DiEM25 no ha logrado obtener ningún escaño en el Parlamento Europeo, ¿qué se lleva de la experiencia?

He aprendido lecciones importantes sobre el contexto en el que nos movemos y sobre nuestro funcionamiento interno. No importa lo buenas que sean tus ideas, el programa que lleves siempre se enfrenta a la realidad de la configuración de las estructuras institucionales, que obstaculizan o facilitan su puesta en práctica. Hemos aprendido a reaccionar en determinados escenarios institucionales. A nivel interno, en cambio, seguimos buscando nuestra alma. Creo que es fundamental colocar a la experiencia de DiEM25 en el marco más amplio de la decepción con la izquierda. En las elecciones europeas de mayo de 2019 la izquierda sufrió una derrota devastadora: desde Podemos en España hasta [Jean-Luc] Mélenchon en Francia y Die Linke en Alemania.

¿Y eso por qué?

Hubo un ataque generalizado contra los partidos que articularon un mensaje distinto del europeísmo acrítico. Tenemos que plantearnos por qué es tan difícil que los movimientos sociales traduzcan su éxito en votos en las urnas. Es algo que le pasa también a otros movimientos sociales, como Extinction Rebellion o incluso el de chalecos amarillos, que no se identifican estrictamente como movimientos de izquierda.

Translated from Transnational politics is damn hard: David Adler on DIEM25's experience