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Circo Social: No te olvides de jugar

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Admítelo, siempre has querido aprender a hacer juegos malabares. Por supuesto, están de moda, pero son mucho más que una manera impresionante de llamar la atención de todo el mundo. Como beneficio más significativo, se ha probado que ayudan a los jóvenes desfavorecidos, incluidos los que tienen problemas de concentración o dislexia.

El circo contemporáneo se topa con la Educircation

El circo contemporáneo nació en los 70, cuando los intérpretes dejaron el escenario para probar nuevos métodos de entretenimiento. Este es el contexto en el cual surgió la idea de uso social del circo como método de educación no formal y aprendizaje entre iguales. Aunque todavía no ampliamente difundidos, tales métodos son cada vez más apreciados por los investigadores de dificultades de aprendizaje y de la integración de los jóvenes desfavorecidos en todo el mundo.

La Asociación Húngara de Malabares usa los métodos sociales del circo. Hay dos grupos que se reúnen de manera regular, uno en el Heim Pál Hospital y otro en Pesterzsébet. Después de haber sido galardonada con una beca y ayuda de la Norwegian NGO Fund, están organizando talleres sociales de circo para personas que trabajan con jóvenes desfavorecidos– como profesores, trabajadores sociales y cualquiera interesado en la temática.

Trabajo en una escuela que ayuda a gente joven con necesidades educativas especiales. Tuve la oportunidad de participar en uno de estos talleres y quedé sorprendida por toda la técnica. Me di cuenta de que el circo social tenía más poder efectivo del que yo imaginaba.

No es sólo valorado por la Asociación de Malabares, sino también por el método de enseñanza Waldorf, que establece que todos los niños deben aprender a hacer malabares a la edad de 12 años como ayuda a su proceso de estudio y a su concentración en la escuela.

Además, muchos intérpretes han sido conscientes de la importancia de los malabares como terapia. Las performances de circo contemporáneo en Trafó son a menudo expuestas en tándem junto a un taller de malabares para jóvenes desfavorecidos de Pesterzsébet.

No sólo está empezando a ser popular en Hungría; es un fenómeno mundial. Fue en el Circo del Sol donde el proceso se desarrolló. El proyecto Educircation  también organiza seminarios, talleres y visitas de estudio para entrenadores de circo, para que aprendan así unos de otros los métodos y ayuden al desarrollo de esta técnica a través de experiencias compartidas.

Los juegos malabares y sus efectos terapéuticos

Un taller de circo social no trata sólo de malabarismo, es un proceso bien estructurado a través del cual los participantes se conocen a sí mismos y unos a otros de mejor manera. Ellos aprenden a tener paciencia y confianza al entrenar diferentes habilidades: malabares, palos del diablo, palillos de flores, diábolos, placas giratorias, rolabolas ... la lista continúa.

En el nivel físico, este tipo de actividades desarrolla las habilidades motrices, sensomotrices y la coordinación; también conecta los dos lados del cerebro y mejora la visión periférica. En el plano emocional, ayuda al estudiante a relajarse, a ganar una sensación de logro y a desarrollar el control de la ira y otras emociones.  Tiene efectos psicológicos positivos, ayuda a motivar a los participantes, desarrolla el espíritu comunitario y – el mayor y más sorprendente hecho – ayuda a desarrollar competencias básicas como la lectura y la escritura.

El proceso es simple. Tras algunos juegos de calentamiento y romper el hielo, los estudiantes tratan de aprender diferentes tipos de habilidades circenses. Es importante el hecho de que no es la típica relación tradicional estudiante-profesor; después de un momento los estudiantes comienzan a enseñarse unos a otros. No es muy difícil pillar nuevos trucos, lo que convierte a la ayuda entre pares la clave del circo social.

Al final del taller, hay una representación en la que cada uno juega un rol. El punto más importante de este momento no es la profesionalidad, sino enfatizar la valentía de los nuevos intérpretes y aquellos que les ayudan, como por ejemplo, un estilista o un fotógrafo. De esta manera, se está incitando también a desarrollar habilidades sociales. No es una competición, sino un equipo de atletas; los estudiantes deben comunicarse para llevar a cabo juntos la representación final. Esto requiere confianza, paciencia, persistencia y mucha concentración.

He formado parte del público en una de las actuaciones en Pesterzsébet y quedé sorprendida tanto por sus malabarismos como por su confianza en el escenario. Conociendo las dificultades a las que que estos jóvenes se enfrentan en la vida, es realmente un milagro que hayan encontrado una actividad que les dé esperanza a la vez la posibilidad de desarrollo de sus habilidades mentales, físicas y sociales - y sólo divirtiéndose.

This article is from our local writers at cafébabel Budapest.

Translated from Social Circus: Don't forget to play