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Charlie Hebdo: El punk no ha muerto

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Sociedad

El punk es un movimiento que defiende la libertad. Al atacar a Charlie Hebdo esa libertad quedó dañada. El punk no ha muerto mientras sigamos vivos.

El movimiento punk representa una actitud crítica e inconformista acerca de lo obvio. No limita la libertad. El punk provoca y desalienta lo corriente, asegura un contraste sensato y averigua, que no impone, la elección entre varias opciones. Los Sex Pistols eran punks, llevaban camisetas con una esvástica invertida y llamaba fascista a la Reina de Inglaterra. Los satiricos de Charllie Hebdo, asesinados a sangre fría por dos idiotas armados, eran punks: dibujaron en sus sátiras a curas pedófilos, al Papa con Durex y al Profeta Mahoma. Aunque ya no estén entre nosotros, el punk no ha muerto.

Cientos de personas se reunieron en la Plaza de la República en París la tarde del 7 de enero. Llevaban pancartas, latas de cerveza o porros. Algunos fueron con niños, mientras que otros los dejaron en casa. Mucha gente lloraba. Un gran número encontró consuelo en compartir ese horrible momento con otros, a pesar de la gran tristeza que sentían en sus corazones. Su presencia en la plaza demostraba un hecho: “libertad de expresión”, “yo soy Charlie” y “sin miedo”, cantaba la multitud. Alrededor de la plaza se esparcieron velas, rodeadas por gente en silencio sepulcral y cogidas de la mano. La muchedumbre apuntaba con sus lápices al cielo, señalando la dirección de las 12 almas, incluyendo la de los policías, que trágicamente nos habían dejado esa misma mañana.

Francia no es hogar para muchos jóvenes con crestas a lo Mohicano y tartanes de piel con alfileres como pendientes, más bien frecuentarían el barrio londinense de Camden al otro lado del Canal. En Francia, la patria de los situacionistas de 1960, el punk no se canaliza a través de la música o la apariencia pero sí a través de los más sociales. La revista Le Canard Enchaîné es la principal publicación satírica sobre el panorama político francés; ha sacado a la luz durante años, de forma incansable y despiadada, escandalos políticos. La revista Hara Kiri, la predecesora de Charlie Hebdo, no conocía el miedo a la hora de discutir sobre religión o tabúes sexuales, a través de una exagerada intransigencia olvidada en Francia desde tiempos del Marqués de Sade y Georges Bataille. Manifestaciones culturales de la libertad de expresión como las del semanario satírico Charlie Hebdo que son indispensables en la consciencia moderna ya que cuestionan la escala de valores que la mayoría da por sentada y estimula al lector a que haga sus propios juicios morales. La libertad de pensamiento es un derecho humano fundamental y la buena disposición para utilizarlo constituye una fuerza para el pensamiento crítico, el cual tenemos que evitar si no queremos ser pastor de ovejas y soberanamente distintos entre el bien y el mal. El pensamiento crítico aumenta la conciencia y garantiza el nivel de sensatez, el cual nos hace menos propensos a ser manipulados y engañados.

Soy polaca y crecí según la tradición católica. Algunas de las portadas de Charlie Hebdo como en las aparecía la Santísima Trinidad copulando, ofendenderían a mis padres y abuelos, pero no son blasfemas para mí. Entiendo lo que es la sátira y no me siento ofendida por interpretaciones irónicas de temas serios. Mis sentimientos y valores son sólo mios y no deben ser minados por gente que tiene otra opinión distinta a la mía.

Me quedé estupefacta al conocer lo de la masacre del 7 de enero, que tuvo lugar a tan sólo 4 paradas de metro de la oficina donde trabajo. Sin embargo, me causó más dolor ver la reacción de la gente ante semejante tragedia –discutiendo sobre reservas de mesas y rebajas, que en Francia empezaban justo ese mismo día-. Su insensibilidad ante tal atrocidad iba más allá de mi comprensión. ¿No estamos obligados a ser valientes y empáticos y a usar nuestro cerebro sólo porque tenemos la gran suerte de llevar en paz nuestra cómoda vida? ¿No es cierto que aquellos que muestran una pizca de imaginación deberían entender que en este mundo todas las variables están entrelazadas y se fusionadan e influencian unas a otras? Los iguales indiferentes consienten el ataque. No tenemos que temer vivir. El bien y el  mal moran en este mundo –depende de nosotros diferenciar entre ellos y alzarnos en señal de protesta o inclinar nuestras cabezas en señal de afirmación-. No comercialicemos con la autenticidad a cambio de la corrección política, ¡seamos dogmáticos!

El movimiento punk defiende la libertad. El ataque el 7 de enero a Charlie Hebdo fue un asalto a esa libertad. Mientras sigamos vivos, el punk no habrá muerto.

Podemos rendir homenaje a los periodistas de Charlie Hebdo y a los policías que murieron en el tiroteo mediante la difusión del hashtag #JeSuisCharlie. Sólo si ponemos fin a la islamofobia y reconocemos el hecho de que el Islam no aprueba el fanatismo, acabaremos de forma definitiva con el terrorismo.

Translated from Charlie Hebdo: Punk is Not Dead