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Barry Norman: en Estados Unidos el cine es un negocio y en Europa es cada vez menos un arte

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Default profile picture eduardo s. garcés

El más conocido crítico cinematográfico y afamado autor británico no es un enamorado de los últimos productos que el cine continental ha sacado al mercado.

CB - ¿Qué diferencia al cine europeo del estadounidense?

La principal diferencia entre el cine europeo y el norteamericano es que por desgracia en Europa, con la excepción principal de Gran Bretaña, se considera con acierto las películas como una forma de arte. Los americanos lo ven como un negocio. De todas formas, la diferencia está desapareciendo gradualmente.

¿ Cree usted que hay alguna tendencia en concreto influyendo en el cine Europeo, ya sea en la temática o en el tratamiento?

Parece que el dominio de las películas norteamericanas en la taquilla está ejerciendo un efecto negativo sobre las películas europeas. Tradicionalmente, cuando daban lo mejor de si, las películas europeas eran reconocibles por su sofisticación, por su ingenio y perspicacia, por su análisis de las relaciones humanas, sexuales o de otro tipo y por el hecho de que sus historias se desarrollaban a través de los personajes más que a través de la trama. Se dirigían a los adultos más que a los niños o adolescentes. Ahora que a menudo el público se inclina por las películas americanas más sencillas y con mas acción, parece que las películas europeas se están decantando por el método estadounidense en el que el estilo es más importante que el contenido, y en el que muchas veces se confunde el movimiento (puñetazos, patadas, explosiones y persecuciones) con la acción.

Dicho de otra manera, la acción en las películas debería brotar de los personajes y no de la trama. Las películas europeas se están volviendo más amplias, menos sofisticadas, menos sutiles. Por decirlo de otra manera, se están atontando en un intento por atraer al gran público. (Esto también es aplicable a las películas británicas a excepción de las que hacen gente como Mike Leigh y Ken Loach)

¿Qué película europea considera usted como la más relevante o innovadora en el panorama actual?

No creo que haya ninguna película innovadora en circulación en estos momentos. Las hay excelentes, como Vera Drake de Mike Leigh, La Mala Educación de Pedro Almodóvar o Los Chicos del Coro de Christophe Barratier. Pero hay pocos ejemplos, si es que los hay, de gente llevando más allá la frontera, como lo hicieran Godard, Truffaut, Tarkovsky, Kieslovski, Wenders o tantos otros en el pasado. Quizás, la película más innovadora de 2004 fue Olvídate de mí (Eternal sunshine of the spotless mind), que -de hecho- es norteamericana, aunque le deba gran parte de su frescura e innovación a su director, el francés Michael Gondry.

¿Cuáles son los directores y actores europeos a los que tendremos que prestar atención en 2005?

Audrey Tautou es claramente una estrella en alza entre los actores. A parte de esto, juzgando a partir de las películas europeas que llegan al Reino Unido, no parece que haya ningún nuevo valor en alza que vaya a tener el impacto que tuvieron en el pasado actores como Belmondo o Moreau.

De entre los directores, pues continuaría siguiendo la trayectoria de Gondry, Almodóvar, Jean Pierre Jeunet, François Ozon, Agnès Jaoui, André Techiné y de Christopher Nolan. Siempre es difícil hacer predicciones sobre qué actor o director dejará huella. A día de hoy, Europa parece encontrarse en un compás de espera, por lo que no es fácil vislumbrar un nuevo talento en el horizonte.

¿Cree usted que la ampliación de la UE implicará que veamos más películas de Europa del Este?

Con más países del Este dentro de la Unión ciertamente nos deberían llegar más películas de esa zona en particular. En el pasado, uno de los principales problemas al que tenían que hacer frente los países del Este era el de encontrar distribución en Occidente. Realmente, eso debería haber cambiado ahora. Pero creo que es demasiado temprano para aventurar el impacto que esto tendrá en el conjunto de la industria cinematográfica europea. Mucho dependerá de la calidad de las películas de los países del Este. Si, por ejemplo, la industria polaca todavía está imbuida del espíritu de personas como Kieslowski y busca hacer películas inteligentes y maduras para un público inteligente y maduro y tiene éxito, entonces los nuevos chicos de la Unión podrían realmente ejercer un efecto beneficioso sobre sus colegas de Europa occidental. Habrá que esperar y ver qué pasa.

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Translated from Barry Norman on European Cinema