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Atentados en París: Primer contacto con el miedo

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[OPINIÓN] Los atentados de París del viernes 13 de noviembre han dado de lleno a toda una generación que ahora, desgraciadamente, conoce el miedo. Quizás sea por eso que, al día siguiente del ataque, a los jóvenes franceses les pesasen más sus víctimas que las de ninguna otra parte.

Esta mañana, todavía adolorido, París se ha vuelto a despertar preso por un repunte del miedo. Al mismo tiempo, en que los vecinos de Saint Denis entraban en pánico tras la explosión de una kamikaze durante una redada policial al norte de la capital, en Nigeria un atentado terrorista se ha saldado con la vida de al menos 32 personas en un mercado de la ciudad de Yola.

La noticia no ha inundado Facebook, ni tampoco Twitter aunque sí está en la prensa nacional e internacional. Muchas de las personas que el mismo sábado justo después de la tragedia de Bataclan, del Carillon y del P'tit Cambodge entraron en bucle recordándonos que esto, dolorosamente, no solo pasa en París si no en todo el mundo, hoy se han olvidado de Nigeria. Y no voy a mentir, Nigeria tampoco ha sido mi primer pensamiento, me han aterrorizado más los altercados de esta noche en París, la que es ahora mi ciudad.

Me lo he preguntado. He reflexionado sobre ello porque os he escuchado a muchos con los que normalmente estoy de acuerdo decir que no debo de sentir que somos el centro del mundo. A las nueve de la mañana y tras leer un mensaje de mi madre que decía "cariño, está pasando algo en París, no vayas a trabajar", me he dicho: ¿Marina eres hipócrita?, ¿Te crees el ombligo del mundo?, ¿Solo te importa el dolor de los que son blancos como tú? Es difícil analizarse a uno mismo porque todos tenemos una pizca de amor propio pero creo que mi respuesta es no.

No me creo el ombligo del mundo, no he olvidado la terrible sensación que sentí tras ver la foto del cuerpecito sin vida de aquel niño sirio flotando, no he olvidado a las niñas secuestradas y violadas por Boko Haram ni tampoco siento frialdad por las miles de víctimas civiles que mueren a causa de las guerras. Pero yo antes no había conocido el terror, yo no sabía qué era tener miedo a subir a un metro, no sabía qué era querer tener ojos en la espalda, no sabía que podría preocupar a mi madre por el simple hecho de salir a la calle, a divertirme, no sé ni quiero saber qué es la guerra. Y es por eso que los atentados en París del pasado viernes me han dado de lleno, que han marcado un antes y un después en toda una generación que ha sido atacada. Una generación que siente y padece igual que lo hacéis todos pero que ahora ha conocido lo que es el terror.