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Alemania, Francia y el fútbol: guerra y paz en el césped

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Translation by:

Raimundo Rizo

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Hace 30 años, un acontecimiento futbolístico supuso de nuevo una declaración de guerra entre ambos países. A día de hoy, en la víspera de un partido amistoso y mientras parte de Francia no se quita de la cabeza a Alemania, ¿qué piensa nuestra generación Y de la Mannschaft?

8 de julio del 82. Francia es víctima de un atentado en Sevilla: corría el minuto 70 del encuentro de semifinales del Mundial de fútbol entre Francia y Alemania cuando el lateral derecho francés, Patrick Battiston, fue derribado por el guardameta alemán Harald Schumacher. Tuvo que abandonar el terreno de juego inconsciente y en camilla. La República Federal de Alemania resultaría vencedora de este partido sin que su portero recibiera sanción alguna.

Los alemanes, la mejor ocupación de los franceses

Para toda una generación, este choque marca el prolongación de la segunda guerra mundial y confirma definitivamente el enfrentamiento bélico entre ambos países más allá del deporte. A partir de ahora, en el fútbol como en casa, Alemania es el enemigo. El boche. Lo que sucedió en Sevilla es el tipo de acontecimiento que merece ser recordado por cualquier familia francesa de la época. "La ira del chleuh" es, sin duda, el atavismo en la década de los 80.

El equipo francés debe jugar el próximo miércoles un partido contra la Mannschaft que, si se tienen en cuenta los precedentes, sólo tiene de amistoso el nombre que le ha puesto la FIFA. Sin embargo, 30 años después, ¿qué opina la gente que no ha conocido "la guerra del 82" de este tipo de partido? Ahora que a Sarkozy le ha dado por dar azotes al estilo alemán, ¿con qué estado de ánimo afronta la generación Y los partidos entre Francia y Alemania? Le hemos pedido a cuatro jóvenes franceses que analicen todo esto.

Una muestra de una generación que refleja desde un primer momento que la guerra ha terminado. O el lavado de cerebro ha fracasado, o tal y como destaca Bertrand, "nuestro último enfrentamiento oficial se remonta a mediados de 1986 (con motivo del Mundial de México) y, como dice la canción, avec le temps va, tout s’en va ("con el tiempo todo se olvida)". Sea como sea, para Antoine, ya está bien de hablar de Alemania como un "enemigo". Hoy en día hay que ir más allá: "ver a los alemanes como nuestros rivales no hace mucho bien a nuestro orgullo futbolístico. Personalmente, creo que los ingleses encajan mejor en este papel". Hay que decir que el último partido entre ambos equipos tuvo lugar en 2003, hace casi 10 años. La historia no ha vuelto a cruzar sus caminos, por lo que ha habido suficiente tiempo para encontrar un rival más apropiado: "no creo que Alemania sea nuestro mayor enemigo. Para mí, los auténticos duelos han sido contra Italia en todos los Mundiales o Eurocopas que he podido ver", analiza Florian. Y Christophe concluye: "desde la final de 2006, no trago a los italianos".

En el fútbol, no hay nada de malo en lo germano

En pocas palabras: las tornas han cambiado. Sin embargo, nuestros figurines franceses siguen respirando cierta fragancia del pasado cuando el término Mannschaft (el equipo alemán de fútbol) resuena en sus tímpanos. Por ejemplo, Christophe apunta algo receloso: "el nombre da miedo. También es verdad que es alemán y siempre tienes la sensación de que te quieren asustar". Lo mismo piensa Bertrand: "más que un adjetivo, en la Nationalmannschaft son los nombres los que asustan: Carsten Jancker, Michael Ballack, Carsten Ramelow, Christoph Metzelder..." Según Florian, si hubiese un calificativo para esta selección sería el de "Kartoffel" (literalmente, "trufita") que significa patata en el lenguaje común, pero también un balonazo bien dado en términos futbolísticos. Todo un símbolo. Por su parte, Antoine añade: "Si ya con Shaft no te meterías, con la Mannschaft, no te quiero ni contar".

Hay un motivo por el que Alemania consigue dar miedo: su palmarés. Tanto impone que ha dado lugar a una famosa sentencia: "El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania". La Mannschaft cuenta con 6 títulos internacionales y 27 participaciones en fases finales de competición oficial. Antoine continúa: "probablemente haya algo de verdad en este proverbio. De 19 Mundiales, los tíos no estuvieron cuatro veces: 1930 (no inscritos), 1938 y 1950 (no pudieron participar) y 1978. Por lo demás, siempre ha habido que contar con Alemania. Aparte de Brasil, no veo quién más puede ser un rival para ellos". Bertrand confirma: "creo que basta con echar un vistazo al palmarés, que al fin y al cabo es el único indicador del éxito en el deporte para darse cuenta de sus méritos que, por cierto, también son muchos en el caso de los italianos. Quizá este sea el motivo por el que nos gusta tanto odiarles". Vaya, que los franceses están celosos. Porque en el fútbol, no hay nada de malo en lo germano.

A fin de cuentas, los alemanes son buenos y nuestros cuatro cómplices lo confiesan con deportividad. Ahora bien, un francés en estos tiempos de germanofilia ¿les apoyará en el caso de que los Bleus se pongan en huelga? Christophe duda: "Un alsaciano o un lorenés quizá..." Sin embargo para Florian, «normalmente es el equipo que más me engancha en las grandes competiciones. Trato de ver todos sus partidos. Así que claro, apoyo a Alemania». Una frase que no le hará mucha gracia a su padre.

No hay duda de que el tiempo ha curado las heridas de una guerra que solamente existe en la cabeza de los veteranos de la resistencia. Sin embargo en Sevilla hubo un terrorista: ¿qué piensan estos chavales del "Bin Laden alemán"? La respuesta la tiene Christophe: "cuando ves que ahora hay una Tazer League Soccer, empiezas a pensar que Schumacher no era tan imbécil..."

Fotos: portada (cc) Anfuehrer/flickr ; Vídeos : Falta Schumacher (cc) Spykou/YouTube Final 2006 (cc)  BlackDreamNB1/YouTube ; UTB (cc) UltimateTazerBall/YouTube

Story by

Matthieu Amaré

Je viens du sud de la France. J'aime les traditions. Mon père a été traumatisé par Séville 82 contre les Allemands au foot. J'ai du mal avec les Anglais au rugby. J'adore le jambon-beurre. Je n'ai jamais fait Erasmus. Autant vous dire que c'était mal barré. Et pourtant, je suis rédacteur en chef du meilleur magazine sur l'Europe du monde.

Translated from L’Allemagne, la France et le foot : guerre et pré