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Aida Begić: "Islam y feminismo no son contradictorios"

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Aida Begić, de 44 años de edad, es una premiada directora y guionista bosnia. En sus películas, pone en evidencia al sistema patriarcal y las contradicciones de la posguerra de los Balcanes. En esta entrevista realizada por nuestro socio Sisters of Europe, Begić nos habla de la opresión que sufren las mujeres de su país, y cómo trata de combatirla través de sus películas.

Usted entró la Academia de Arte Escénicas de Sarajevo en 1993, mientras la ciudad era asediada. ¿Qué le hizo elegir el cine como forma de expresión artística?

Desde pequeña sabía que no quería un trabajo normal. No quería ir a una oficina de 9 a 5. Me gustaba ir a la escuela de música, tocaba el piano, y me encantaba dibujar y escribir. Creo que el cine combinaba todas esas afinidades. Desde un primer momento, quise ser directora de cine. Por eso quise ir a la Academia. Y fue durante el último año de mis estudios cuando me di cuenta de que la dinámica de las películas era lo que más me convenía. Fue entonces cuando decidí convertirme en directora de cine.

En una entrevista, dijo que escuchaba rock y que fue una joven rebelde. ¿Llevar velo es para usted otro acto de rebeldía?

Comencé a llevar velo porque buscaba un sentido a mi vida, y lo encontré en el islam. Me crié en una familia laica en la que la religión no existía. Mis padres e incluso mis abuelos me criaron en el espíritu del comunismo.

[Supongo que] algo de rebelión hubo, porque todo el mundo estaba en contra de que llevara un velo, incluso mi marido. Él tenía miedo de que la gente pensara que era él quien me obligaba a llevarlo.

¿Cómo fue estudiar en Sarajevo durante la guerra?

Tenía 16 años cuando estalló la guerra en Bosnia y Herzegovina. Mis padres no querían que fuese a la universidad. Estaría muy lejos de nuestra casa, y en la capital el peligro de los francotiradores y las granadas estaba por todos lados, pero les dije que quería mantenerme cuerda y que para ello tenía que hacer algo. Fue una época extraña: no había electricidad, ni comida suficiente. Las granadas caían, y yo leía la obra de teatro Casa de muñecas, de Henrik Ibsen.

"Sin arte, la vida no puede ser vivida".

Todo esto me hizo darme cuenta que la vida no puede ser vivida sin arte. Necesitamos el arte tanto como comer. Cuando atravesamos un periodo difícil, es el arte lo que nos mantiene vivos. Es por eso que sigo repitiéndole a la gente lo importante que es.

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Aida Begić © Jasmin Brutus

Las nuevas generaciones de bosnios están creciendo en un mundo muy oscuro y empobrecido. El odio, el miedo al otro y las divisiones étnicas son parte de su día a día. ¿Piensa que el arte puede ayudarles a ver la vida desde una perspectiva diferente?

La cultura y el arte tienen el poder de conectar a la gente. Antes de la guerra, en Bosnia y Herzegovina existía una casa de la cultura en prácticamente cada pueblo. La gente sentía que pertenecía a una gran comunidad; hoy en día no es así. La mayoría de los jóvenes que viven en pequeñas ciudades no tienen acceso a la cultura y, por tanto, no tienen perspectivas. El arte podría enriquecer sus vidas, pero el gobierno siempre recorta los presupuestos para cultura. No queda nada para los más jóvenes, solo destrucción.

A menudo se dice que dirigir es un trabajo de hombres. Sin embargo, existen numerosas directoras excelentes en su país, como su compañera de estudios, Jasmila Žbanić. ¿El futuro del cine bosnio es femenino?

Pertenezco a la primera generación de directoras mujeres que surgieron después de la guerra que transcurrió entre 1992 y 1995. Cuando comencé a trabajar, para mucha gente, incluso para mis compañeros de trabajo, era difícil aceptar el hecho de que una mujer joven pudiera ser directora. Es por eso que a menudo se dirigían a mis asistentes antes que a mí. Pero muchas cosas han cambiado desde entonces.

Cada vez hay mujeres directoras en Bosnia y Herzegovina, una tendencia que se ha extendido desde mi país al resto de los Balcanes, y estoy muy orgullosa de ello. Esto ha llevado a muchos cambios. En primer lugar, los propios contenidos han evolucionado; en los Balcanes las mujeres se solían representabar siempre como madres o bien como prostitutas. Al fin, han aparecido personajes femeninos complejos, ya que hay más historias contadas desde un punto de vista femenino.

Incuso el ambiente en los platós ha cambiado. Antes, los directores eran considerados como seres superiores con el poder de gritarte, de ser crueles. Por suerte, esta tendencia ha desaparecido gracias a la llegada de mujeres a los rodajes. Así que sí, pienso que el futuro del cine en nuestro país es femenino.

Muchas de sus películas tienen lugar después de la guerra, y a menudo habla de los problemas a los que se enfrentan las mujeres y los niños. ¿Cómo elige los temas?

Admiro a las mujeres que viven en ciudades pequeñas de Bosnia y Herzegovina. Han sobrevivido a muchas tragedias durante la guerra y, a pesar de ello, han conseguido seguir siendo seres humanos cabales. Veo en ellas una fuerza tremenda en ellas, y el potencial para un futuro mejor. Por eso decidí hacer películas sobre ellas.

Mi tercera película, Never leave me, habla de niños refugiados sirios en Turquía. Sentía la necesidad de hacer una película sobre los refugiados, pero desde un punto de vista de los bosnios, que vivieron una experiencia similar. La película forma parte de una trilogía sobre el sufrimiento de mujeres y niños. Ellos son siempre las mayores víctimas de cualquier guerra.

Ahora está trabajando en una película totalmente distinta...

Quería hacer una película sobre las historias de amor de las mujeres de Bosnia y Herzegovina. Este país puede ser magnífico y terrible al mismo tiempo. Quiero retratar ese absurdo, espero que con cierto humor. Comenzamos el rodaje en abril, y esperamos terminar a finales de año.

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Aida Begić © Jasmin Brutus

¿Es deber del artista estar comprometido socialmente?

Desde luego, aunque yo no soy de las que salen a la calle a manifiestarse. A mí me gusta actuar a través de mi trabajo. Me encanta trabajar con actores procedentes de toda Bosnia y Herzegovina, sin importar de dónde vengan. También me gusta ir también a las escuelas. Intento crear puentes entre las generaciones jóvenes, creo que de esta manera el mundo puede cambiar.

Tiene usted dos hijos. ¿Cómo concilia su vida privada con su carrera como directora?

Mi marido es mi director de fotografía y nos apoyamos completamente. Cuando estoy en un rodaje o un festival, él se ocupa de los niños, y yo hago lo mismo cuando él trabaja. Somos bastantes equitativos en este tema. Cuando podemos, nos llevamos a los niños a los festivales con nosotros. Fui una de las primeras en que luchar por el derecho a llevar a mi bebé a los festivales. Ahora veo que hay muchas actividades para bebés en los festivales, especialmente dirigidas a los pequeños de los participantes.

Es el tipo de pregunta que un periodista jamás realizaría a un hombre…

Es verdad, normalmente los hombres tienen a una mujer que se ocupe de la casa y los niños.

“ El cuerpo de una mujer es siempre considerado como un problema de otro"

¿Cuál es para usted el gran problema al que se enfrentan las mujeres en Bosnia?

Bosnia, e incluso toda la región de los Balcanes, tiene una sociedad muy patriarcal. Lo curioso es que son las propias mujeres quienes mantienen ese sistema. Ese el tema en algunas de mis películas. En Snow, hablo de las relaciones entre mujeres de un pequeño pueblo bosnio. A pesar de que no quedan hombres vivos allí, ellas mantienen este modelo de vida patriarcal después de la guerra.

Otro problema es que existe una opinión común de que la mujer es culpable de todo. Si la pareja se divorcia es culpa de la mujer. ¿Violencia doméstica? también su culpa, al igual que la violación. En nuestro país, sobre todo en los pueblos pequeños, muchos hombres sufren el síndrome de estrés postraumático y la mujer es la única que debe ocuparse de todo. Ellas trabajan y llevan las tareas de la casa a la vez, pero dentro del hogar sigue rigiendo un código patriarcal. Es paradójico, pero en Bosnia las mujeres están emancipadas y muy oprimidas al mismo tiempo.

¿Se siente europea?

¡Sí! Me siento europea. Europa es el continente más bello y el lugar más agradable en el que vivir. Y, definitivemente, Bosnia y Herzegovina forma parte de Europa, sobre todo porque muestra que diferentes culturas pueden coexistir.

Usted lleva velo. En Europa el velo se asocia a menudo a la opresión de las mujeres. ¿Ha sufrido en su propia experiencia algún prejuicio de este tipo?

Estoy segura de que muchas mujeres que llevan el velo son oprimidas, pero lo mismo ocurre con las que no lo llevan. Me molesta bastante que se meta a todas las mujeres con velo en el mismo saco. Existe todavía una opinión común de que no tenemos educación y se nos explota. Esta opinión discrimina a una gran cantidad de las mujeres que viven en Europa.

Según usted, ¿qué ley sería la más importnte para hacer avanzar los derechos de las mujeres a nivel europeo?

Si una mujer decide ser madre, debería poder beneficiarse de un permiso remunerado por maternidad tanto tiempo como lo vea necesario. Esto significa también no perder su puesto de trabajo tras la baja. Además, están los problemas de violencia de género, especialmente en los Balcanes. La ley debería castigar más duramente a los autores de estos actos.

¿No cree que a las mujeres todavía se les juzga hagan lo que hagan? Ya sea por llevar una falda demasiado corta o un velo.

El cuerpo de una mujer es siempre considerado como un problema de otro. Ya sea la sociedad o los miembros de la familia, que piensan tener derecho sobre él.

¿Se considera feminista?

Sí, soy feminista. Se lo tengo que agradecer a una activista que buscaba directora para rodar un documental sobre mujeres en política. Fue así como conocí a Amra Bakšić Čamo, una conocida productora la zona. Trabajó conmigo en mi primera película, First death experience, que se proyectó en el Festival de Cannes.

¿Son compatibles feminismo e islam?

El islam ha aportado importantes derechos a las mujeres. Conseguimos el derecho a ser propietarias sin la obligación de compartir nuestros bienes con nuestros maridos. Obtuvimos el derecho a pedir el divorcio. El islam y el feminismo no son contradictorios, el problema viene cuando algunos hombres interpretan el islam de una manera corrupta y errónea, y sacan las cosas de contexto.

¿Ha llegado el movimiento #METOO a Bosnia y Herzegovina?

Lucho mucho por la igualdad en el mundo del cine. Hace poco he visto la película El escándalo de Jay Roach, y me sorpredió la actitud aterradora que desprende hacia las mujeres. Transmite que, si eres joven y guapa, tu jefe tiene el derecho a abusar de ti de cualquier manera. Es hora de poner fin a esta injusticia. Aunque la situación en el cine y la cultura en general es positiva en Bosnia y Herzegovina, realmente necesitamos que el movimiento METOO inunde otros aspectos de nuestra sociedad.

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Aida Begić © Jasmin Brutus

Fechas importantes en la vida de Aida

1976: Aida nace en Sarajevo

2000: Se gradúa en la Academia de Artes Escénicas de Sarajevo

2001 : Su película “ First death experience” se proyecta en el Festival de Cannes

2012: Gana la Mención Especial del Jurado en la categoría de una cierta mirada en el Festival de Cannes por su película "Children of Sarajevo" que trata sobre los adolescentes tras la guerra en su país.


Historia de los derechos de las mujeres en Bosnia y Herzegovina

1945: Las mujeres obtienen el derecho a voto en Bosnia y Herzegovina, parte de la República Federal Popular de Yugoslavia.

De 1992 a 1995: Multitud de asociaciones a favor de la mujer se crean en todo el país, con el objetivo de organizar el reparto de ayuda humanitaria, así como facilitar asistencia psicológica para las víctimas de la guerra.

2003: El parlamento bosnio aprueba la igualdad de género

2009 : Se crea la *Red de Mujeres BiH*, una organización compuesta por ciudadanos defensores de los derechos de la mujer, que promete la igualdad entre sexos, el feminismo, la no-discriminación, la libertad de elección, la no-violencia y el anti-militarismo.

2018: Se crea la asociación Niños Olvidados por la Guerra, con el objetivo de señalar todos los problemas y formas de discriminación sufridas por las mujeres víctimas de violación y por niños nacidos a raíz de esas agresiones.

La diferencia entre los salarios de una mujer y un hombre en Bosnia y Herzegovina es de un 46%. Solo un 21,4% de los diputados del parlamento bosnio son mujeres, según un informe de la ONU de 2019

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Autora: Sladjana Perkovic

Fotos: Jasmin Brutus

Esta entrevista es parte de un partenariado con el proyecto Sisters of Europe, que reúne entrevistas con 22 mujeres inspiradores de otros tantos países distintos. Hemos contado más detalles del proyecto aquí. Puedes leer la versión original de este artículo, en inglés, en este enlace, dentro del sitio de Sisters of Europe.

Translated from Aida Begić : « L’islam et le féminisme ne sont pas en conflit »